El lugar común “uno siempre regresa a donde fue feliz” aplica para el retorno de Alberto Uribe a un acto público en Tlajomulco, el cual abre su agenda rumbo a 2024, pero registró extrañas ausencias que debilitan la imagen partidista.

El 17 de julio un grupo de simpatizantes con el Movimiento de Regeneración Nacional fue convocado al Rancho “Santa María” de la cabecera municipal. El pretexto del evento era “un agradecimiento” por su apoyo en los comicios de este año.

Los convocantes fueron leales al estilo desordenado e incoherente que caracteriza a Morena. Los afiches mostraban dos rostros únicos: uno era el de Uribe, con una aparición inconexa. ¿Qué debe agradecer un candidato perdedor en Zapopan a la gente de otro municipio?

Esa fue la forma, pero el fondo es profundo y lo evidenció él mismo al declarar su respaldo a la aspiración presidencial de Marcelo Ebrard, a quien le ha prometido crearle estructura en Jalisco. Uribe comprobó su debilidad en tierras zapopanas, para mostrar músculo y comenzar la construcción recurrió a su confiable Tlajomulco.

La otra cara y el verdadero anfitrión era Ricardo Hernández Barbosa, quien fue candidato a diputado local por el Distrito 12, logrando un segundo lugar que le dobló en votos Gerardo Quirino Velázquez (el ganador).

Barbosa era casi desconocido antes de la campaña, no figuraba como estelar entre todos los prospectos guindas, la cosecha de sufragios fue gracias a la marca y, ahora, como por magia, se convirtió en el máximo líder morenista de Tlajomulco.

Esta escalada del abogado resulta todavía más rara si tomamos en cuenta a la gran ausente de la tarde: Marcela Michel López. Si había un personaje prominente y con motivos para darle gracias a los tlajomulquenses, esa era ella, pues conquistó un número de votos superior a Barbosa y se volvió el rostro de Morena –en parte porque no les quedan otros–.

El mismo abanderado a la diputación se colgó todo el tiempo de Michel, fue el primero de los precandidatos en declinar, por eso recibió como premio de consolación la otra nominación que nunca buscó. ¿Por qué excluiría a su “madrina” de manera tan abrupta?

Sólo dos causas pueden justificarlo: ruptura definitiva de la ex abanderada a la alcaldía con el partido, o bien quiere deslindarse de la corriente de Marcelo Ebrard. También podría tratarse de algún asunto personal de graves proporciones.

El 30 de septiembre, si toma posesión como regidora de oposición en el Ayuntamiento de Tlajomulco, sabremos si Marcela construirá carrera política o ya firmó su despedida. Antes de que suceda, esta misteriosa desaparición deja peor parado al partido en el municipio que quiere ser la base para toda una campaña presidencial, pero donde no pueden abandonar la desarticulación.