Lo expuesto en estas líneas hace dos semanas ha tocado el pico del cinismo: la crisis y desesperación de Movimiento Ciudadano (MC) por retener municipios del Distrito 19 es tanta, que el Gobierno del Estado está operando abiertamente para levantarlos.
En la “joya de la corona”, es decir Ciudad Guzmán (Zapotlán el Grande), hay tres factores en su contra: una mala candidata que coincide con ser del género femenino en una ciudad media todavía machista, así como el hartazgo por las dos gestiones emecistas.
Su plan A lo derribó la paridad de género en los 10 municipios más poblados. El B consistió en llenar la planilla de Laura Martínez Ruvalcaba con liderazgos populares, célebres por acarrear a sus adeptos. Hay representación de la antes priista Antorcha Campesina que ha sido un dolor de muelas para los gobiernos zapotlenses; está un líder que promete viviendas, dos dirigentes de comerciantes ambulantes y un tianguista. No les funcionó, pues ya todos conocen los rostros de siempre.
Luego recurrieron a regalar tinacos y calentadores solares con un método descuidado, como de novatos, dejan que se documente la participación de vehículos y trabajadores del Gobierno Municipal y el organismo público descentralizado del agua potable. También fallaron.
Esta acción la repiten en localidades como Zapotiltic, donde el candidato de MC es Jorge Luis “Koko” Hernández, ex delegado del Sistema de Asistencia Social en el Estado; o en Gómez Farías, con Néstor de la Cruz como abanderado, tras dejar la dirección de Unidades Regionales de Servicios Estatales.
Aquí es donde entra el Poder Ejecutivo del Estado a escena.
Laura Martínez y el partido mismo siguen sin convencer. Los candidatos a diputaciones tampoco han sabido custodiarla; uno es el alcalde con licencia Pepe Guerrero, quien es el único con probabilidad de ganar, pero sabe que su público objetivo está fuera de Zapotlán y pasa el mayor tiempo en otros municipios; Higinio del Toro es un mal aspirante que fácil se engancha en guerras sucias estériles.
Con estos antecedentes, al “mesías” del Sur de Jalisco le sucedió como la canción de Selena: “No me queda más”, y tuvo que subir al cuadrilátero. Alberto Esquer, titular en funciones de la Secretaría del Sistema de Asistencia Social en el Gobierno de Jalisco, ha entrado en explícita campaña con tal de levantar a sus copartidarios.
El ex alcalde de Zapotlán se la pasa los fines de semana en mítines. El 8 de mayo apoyó a Laura Martínez en una reunión con afiliados a una asociación que busca vivienda; el sábado 15 lo hizo en encuentro con comerciantes del Centro Histórico (ver fotografía).
En toda la región Sur actúa igual. El domingo 16 de mayo el secretario de Estado participó en caminata y mitin por calles de San Gabriel, donde el abanderado emecista David Valencia era el delegado regional del Servicio Nacional de Empleo.
Tan obvia y urgida se ve la presencia de Esquer, que es el único sin cubrebocas en las fotos que se publican en redes sociales, a sabiendas de su popularidad para atraer sufragios.
Sin embargo, hay una actitud de seguridad en los malabares emecistas en la que aparentan no temer sanciones por cometer delitos electorales. La pregunta es si les alcanzará para conseguir una victoria poco orgánica pues, pese al despliegue excesivo, la percepción ciudadana dice que no.