Por Gilberto Pérez Castillo

Los jalisciense podríamos ahorrarnos alrededor de 200 millones de pesos entre una elección y otra si Jalisco decidiera encargarle sus elecciones estatales al Instituto Federal Electoral (IFE).

Las reformas electorales aprobadas recientemente por el Congreso de la Unión dejan la puerta abierta para que los Estados puedan realizar convenios para que el IFE organice sus elecciones, aprovechando la experiencia, la estructura, la capacidad, la eficiencia y el prestigio que tiene el órgano electoral federal.

De esta manera, Jalisco podría encargarle al IFE sus elecciones locales, desapareciendo al Instituto Electoral del Estado de Jalisco (IEEJ) que el próximo año, en el que no habrá elecciones, pretende destinar a su gasto corriente más de 98 millones de pesos.

Si consideramos que en Jalisco tenemos elecciones locales cada tres años, existen dos años entre cada elección donde el trabajo del IEEJ prácticamente es nulo, pero que nos cuesta sostenerlo. Si consideramos que el próximo año este instituto requiere casi 100 millones para su gasto corriente, podemos pensar que en los dos años intermedios su gasto corriente sería de unos 200 millones de pesos, mismos que los jaliscienses nos podríamos ahorrar dejando en manos del IFE nuestras elecciones.

Algunos integrantes del IEEJ han tratado de hacer creer que un convenio con el IFE, para que éste organice las elecciones locales de Jalisco, y que traería como consecuencia la desaparición del IEEJ, sería una intromisión de la Federación en nuestro Estado y una afectación a la soberanía de un Estado Libre, pero ese argumento pronto se viene abajo cuando consideramos que un convenio con el IFE, para que se haga cargo de nuestras elecciones, sería una decisión de Jalisco y no una imposición de la Federación.

A Jalisco no le sobra el dinero y hay muchas necesidades sociales que atender, como para darnos el lujo de mantener gastos millonarios innecesarios.

Ahora se nos presenta la oportunidad de ahorrarnos cerca de 100 millones de pesos anuales y dar un paso importante en el avance de nuestros procesos democráticos.