El Presidente López Obrador, su partido MoReNa y sus candidatos en Jalisco están a punto de hacerle el milagro al partido Movimiento Ciudadano (MC) de ganar unas elecciones que tenía perdidas.
Sí, al inicio de estas campañas el partido de Enrique Alfaro se perfilaba a una gran derrota.
Y no era para menos: los pésimos resultados en seguridad pública, la omnipresencia del crimen organizado, la crisis de los desaparecidos, el aterrador aumento de feminicidios y violencia a las mujeres eran suficientes motivos.
Hay más: los escándalos de corrupción, la desvergüenza de no admitir ninguna responsabilidad de los problemas que nos angustian, el alejamiento de la sociedad y las mentiras como sistema de comunicación con la gente también hacían lógico que MC perdiera las elecciones.
Los errores de AMLO y MoReNa
Ante ese panorama el triunfo de MoReNa parecía imparable. Pero López Obrador y su partido se liaron en una cadena de errores que le están facilitando un triunfo por default a MC.
El Presidente con su obsesión por polarizar acabó generando en todos los estados una polarización de votos: de un lado él y su partido, y del otro el o los partidos que le pueden hacer contrapeso.
Así acabó ayudando a la alianza PAN-PRI-PRD en aquellos estados donde es competitiva y al MC en donde puede ganar, como en Jalisco.
De esta manera la pulverización del voto entre tanto partido que estará en la boleta se anuló y los votos acabaron concentrándose en dos opciones, en muy pocos en tres.
Pero la dirigencia de MoReNa también hizo lo suyo. Al realizar procesos internos sin reglas claras y dejando a muchos dolidos en el camino sembró el terreno para las traiciones, saltos de aspirantes perdedores a otros partidos y muchos brazos cruzados que no se moverán por los candidatos.
Y los de candidatos de MoReNa
A esto deben agregarse los errores cometidos por los propios candidatos de MoReNa en Jalisco.
Uno de ellos, tal vez el más grave, desligarse o distanciarse de López Obrador, el único líder del morenismo en el país, lo que enfrío los ánimos de los fanáticos del Presidente en el estado, que difícilmente saldrán a apoyar a los “traidores”.
Otro más, generar campañas sin un verdadero contenido: sin propuestas serias y creíbles, sin sentido social como esperarían sus votantes potenciales y sin una coordinación de partido.
Uno más, jugar a la defensiva, con mensajes de enojo y preocupación y mostrando actitudes de derrota. En ningún momento los candidatos de MoReNa en Jalisco lograron posicionar una imagen ganadora y de confianza.
Ante esta realidad MC no debe engañarse: si se concretan las tendencias habrá ganado no por haber conquistado el ánimo de la mayoría de los jaliscienses, sino porque fueron beneficiarios de los graves errores de AMLO, MoReNa y sus candidatos.