En la edición correspondiente a la segunda quincena de mayo de la revista Opinión Pública, bajo el título “Los debates, ¿teatro o campo de batalla”, escribí lo siguiente:

“Al igual que en el tema de las encuestas, el de los debates genera una gran interrogante: ¿Influyen en la decisión final del ciudadano para definir el sentido de su voto?

“De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, debate significa “discutir”, es una “controversia”. En una definición más amplia, es una “discusión en la que dos o más personas opinan acerca de uno o varios temas y en la que cada uno expone sus ideas y defiende sus opiniones e intereses”.

“Sin embargo, generalmente los debates organizados por organismos electorales o privados, universidades o medios de comunicación, terminan por ser una mera pasarela de candidatos, monólogos, con tan poco tiempo de participación en cada etapa que sólo alcanzan a mencionar algunos de sus proyectos, propuestas o compromisos sin ir al fondo de los temas abordados.

“En algunos casos se dan “chispazos” de discusión con señalamientos en contra del adversario, pero que dejan muchas interrogantes abiertas no sólo porque el aludido ignora el cuestionamiento o porque decide contrarrestar con otro señalamiento o acusación.

“El sábado pasado se llevó a cabo el primer debate organizado por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) entre candidatos a una presidencia municipal, en este caso la de Zapopan. El primer inconveniente registrado en esta ocasión es la cantidad de contendientes participantes: doce, de igual número de partidos, pese a que no acudió el candidato del Partido del Trabajo. En el caso de Guadalajara, son 14 los debatientes, sumando al candidato independiente.

“A diferencia de debates anteriores entre los mismos candidatos, en este hubo serios señalamientos en contra de algunos de ellos, particularmente contra quienes están colocados como punteros, según las diversas encuestas dadas a conocer a lo largo de lo que va de la campaña. Más allá de que estos señalamientos o acusaciones estén debidamente sustentados con evidencias, pruebas y argumentos que confirmen su certeza, ¿influyen en el ánimo del elector? Yo creo que sí, principalmente de quienes forman parte del rubro de indecisos.

“Y es que cuando las acusaciones son de casos de corrupción, si se ha formado parte ya de un gobierno u ocupado un cargo público, y se muestran evidencias que respalda que no son señalamientos “de saliva”, la buena imagen que el acusado tenía frente a la ciudadanía puede modificarse y ya no tener el apoyo que inicialmente podría tener. El “golpe” verbal resulta más doloroso si el candidato acusado formó parte del gobierno en turno o del recién pasado, pues resulta una imagen muy fresca en la memoria del electorado.

“Si creo que la influencia de los debates en la decisión electoral del ciudadano es aún mínimo, difícilmente llega a ser factor para definir un triunfo o una derrota, pero indudablemente afecta la imagen del señalado, y se refuerza la sospecha de la veracidad cuando éste decide guardar silencio, no tanto como para no “engancharse” sino porque no tiene argumentos para desmentirlo o minimizarlo.

“El sábado próximo se efectuará el debate entre los candidatos a Guadalajara, organizado también por el IEPC, y ante la cercanía ya de la jornada electoral, seguramente que atestiguaremos una “guerra” de acusaciones, señalamientos y denuncias, que sí podrían afectar al o los acusados”.

Hasta aquí lo escrito en aquella edición que quise compartirlo en razón de que hoy martes el periódico Mural realizará un debate con sólo cuatro de los 14 aspirantes a la alcaldía de Guadalajara. De un “plumazo”, el matutino decidió descalificar a diez de los candidatos y tomar en cuenta solamente a Sofía García, del PRI; a Fernando Garza, del PAN; a Jesús Pablo Lemus, de Movimiento Ciudadano; y a Carlos Lomelí, de Morena.

Quienes han alzado la voz de inconformidad son Dolores Pérez-Lazcarro, de Futuro, y Francisco Castillo, candidato independiente. La candidata escribió en sus redes sociales: “Lamentamos el rechazo de @Mural a nuestra petición de espacio en el debate que organizan entre 4 candidatos nada más. Hablamos con el director Guillermo Camacho, y si bien dijo que consideraría nuestros comentarios, no hay manera que participemos en el debate (…). En realidad el diario se erige e un “gran elector”, como si de elecciones primarias se tratara. Están haciendo una preselección de facto…”.

El aspirante independiente, a su vez, lamentó el “favoritismo” del periódico, pues afirmó que “todos debemos escuchar y ser escuchados”.

En este sentido, hay quienes avalan la selección de los candidatos para que debatan sólo quienes tienen posibilidades reales de ganar o van de punteros en las encuestas, mientras otros abogan porque todos sean invitados, pues más de uno de los candidatos ausentes puede dar el “campanazo” durante los debates que, incluso, puede ser la diferencia entre alcanzar o no a entrar al Cabildo. Es por ejemplo, a decir de no pocos ciudadanos, el caso de Pérez-Lazcarro, quien en debates anteriores ha dejado un buen sabor de boca y es considerada la revelación en la contienda de Guadalajara.

La pregunta que queda es: ¿restará votos o simpatías a los debatientes ausentes no asistir al debate de hoy? ¿O habrá quien lo agradecerá porque podría resultarle contraproducente?

Al tiempo….