A mediados y finales del año pasado y a principios del actual -cuando declino a buscar ser candidato presidencial, cuando rompió con Dante Delgado Rannauro, cuando reprobó y condenó el “destape chelero” de Jorge Álvarez Máynez y luego cuando critico y se deslindó de todo lo “fosfo fosfo”-, el gobernador auguró entonces en lo que se convertiría Movimiento Ciudadano a nivel nacional y hoy sus pronósticos se están cumpliendo: un partido desfondado, con un candidato que convirtió su campaña presidencial en una reverenda “pachanga”.

El tiempo, muy pronto, le dio la razón a Enrique Alfaro Ramírez.

La semana pasada -y traigo a colasión nuevamente el tema-, Alfaro Ramírez no descartó que la realidad que hoy enfrenta Movimiento Ciudadano a nivel nacional -su caída estrepitosa-, influya en el desarrollo de la campaña a nivel estatal: “Evidentemente la situación nacional tendrá un efecto en nuestro estado (…). Por supuesto que puede tener un nivel de impacto en la dinámica local (…). Pero es decisión de los jaliscienses y habrá que ver qué pasa…”.

El tiempo, muy pronto, le está dando la razón a Enrique Alfaro.

Los candidatos de Movimiento Ciudadano, comenzando por el de la gubernatura, Jesús Pablo Lemus Navarro, se han rezagado en la preferencia ciudadana y hoy aparecen colocados por detrás de los aspirantes de la coalición Sigamos Haciendo Historia, impulsados por la marca de Morena que se ha posicionado muy bien en el estado y por la fuerza de su candidata presidencial en Jalisco, Claudia Sheinbaum Pardo. Estos dos factores -partido y candidata- hay ayudado a cubrir las deficiencias de algunas candidaturas.

Sin embargo, los candidatos emecistas no cuentan ni con la marca de un partido a nivel nacional que los cobije ni la fuerza de un candidato presidencial que los acompañe. Todo lo contrario: partido y candidato están “para llorar”. Y las deficiencias de sus candidatos locales quedan evidenciadas con un costo muy alto en sus aspiraciones de ganar su elección.

Pero la “caída” de Movimiento Ciudadano en Jalisco no sólo es reflejo o efecto de lo que le sucede a nivel nacional, sino que una alta dosis de responsabilidad la tienen los gobiernos emecistas comenzando por el de Alfaro Ramírez, seguido por quienes gobernaron los municipios de la zona metropolitana, principalmente, y que hoy andan en busca nuevamente del voto ciudadano, uno a la gubernatura y los demás para reelegirse. La gente ya duda en volvérselos a dar, porque se sienten no sólo decepcionados, sino que están enojados porque antepusieron los “negocios” a resolver los problemas ciudadanos. Ese es el sentir.

Alfaro, Lemus, Frangie y Amaya son corresponsables de la desventaja que hoy tienen en las encuestas, que más allá de los porcentajes que registran -desde un amplio margen hasta un empate técnico-, lo que están marcando es una tendencia con rumbo al dos de junio: Movimiento Ciudadano a la baja, Morena y aliados a la alza.

Lo más preocupante para el emecismo es lo que sucede en Guadalajara que gobernó hasta antes de ser candidato a la gubernatura Lemus Navarro, y la posición que hoy guarda la candidata Verónica Delgadillo, en segunda posición después del morenista José María Martínez, es una clara calificación de los tapatíos al trabajo del gobernante con licencia: Reprobado. Dos medios de comunicación en los que en otras ocasiones se “refugiaban” los emecistas, Mural y El Universal, registran ventaja para el diputado “Chema” Martínez. Esa es la tendencia.

Y no se diga esta tendencia en Tlaquepaque y El Salto, donde dicen sólo un “milagro” haría que gane MC, confirmándose en Tonalá y Zapotlanejo que ya son gobernados por Morena

De esta debacle se escapa Salvador Zamora, pues en Tlajomulco el candidato Quirino Velázquez va en “caballo de hacienda”. Gana Quirino, aprueba Zamora.

Ante la falta de un candidato presidencial fuerte que sirva de “paraguas” a los candidatos locales -ese Jorge Álvarez Máynez es un “chiste” de candidato- la figura de Pablo Lemus no les ha servido a los candidatos a las alcaldías y a las diputaciones para “colgarse” y avanzar. A algunos les estorba. Quien puede hacer las veces de esa fuerza que los impulse es el candidato al Senado, Alberto Esquer Gutiérrez, quien ya habiendo recuperado la candidatura que el INE le arrebató, con su trabajo como secretario de Asistencia Social integró una estructura de colaboración que hoy es de mucha ayuda y, además, recorrió el estado varias veces.

A esto hay que agregarle que el trabajo de la dirigencia estatal que encabeza Manuel Romo Parra, termina siendo insuficiente ante el enorme desgaste de Movimiento Ciudadano como gobierno y el desprestigio que acompaña ya a sus candidatos, principalmente por los malos gobiernos que encabezaron.

Falta poco menos de mes y medio para cerrar las campañas y muchas cosas pueden suceder de aquí a entonces, pero reitero dos cosas: 1. La tendencia es la caída de Movimiento Ciudadano y el alza de Morena; y 2. El pronóstico poco optimista y de mucho escepticismo mostrado por el gobernador Enrique Alfaro, es una señal de que para los “naranjas” no se ve la luz al final del túnel.

Y si no, al tiempo…