Amargo fin de semana debió pasar Jesús Pablo Lemus Navarro, en medio de su gira proselitista, luego del resultado del debate del sábado cuando salió no como el “puntero” que ha presumido ser, sino como el candidato “pendenciero”, desesperado por ir en desventaja frente a Claudia Delgadillo González, la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, quien se levantó con la victoria, pese a haber enfrentado un debate “a dos fuegos: Lemus y Laura Haro Ramírez.

Y el dolor debió haber sido doble cuando su periódico favorito, Mural, el que le ha entregado encuestas muy favorables y “a la carta”, lo declaró el gran perdedor del debate. Pero aún peor: la caída estrepitosa en la preferencia de sus consejeros editoriales que cayó 15 puntos en sólo hora y media, pues de acuerdo a la encuesta realizada por el diario local, antes del debate el 50 por ciento de los consejeros consultados dijeron que Lemus Navarro era el candidato de su preferencia, pero después del encuentro esta preferencia cayó al 35.8%.

En cambio, Claudia Delgadillo incrementó la preferencia cinco puntos en el mismo lapso de tiempo, al entrar con un 32.7% y salir con el 37.7%, crecimiento que tiene su valor en el lugar donde lo obtuvo. Es cierto, la candidata Laura Haro registró el mayor crecimiento al pasar del 17.3% al inicio del debate al 26.4% al concluir; sin embargo, la priista está muy lejana de sus otros dos adversarios. Ella iba a sumar y sumó, nada más.

¿Qué pasó? Que esos consejeros editoriales vieron lo mismo que todos los demás vimos: a un candidato desesperado, preocupado, que llegó prácticamente derrotado con el “golpe” recibido tras revelarse el resultado de tres encuestas elaboradas a principios de este mes que colocaban a la candidata morenista en primer lugar, mientras Lemus continuaba “reciclando” en sus redes sociales encuestas de meses atrás, quizás buscando convencerse él mismo de que seguía siendo el “puntero”. Pero el desengaño le llegó muy pronto.

Mientras Delgadillo González llegó y se condujo durante el debate como quien va adelante en las encuestas -más allá de la forma en que presentó algunas de sus propuestas o respondió a los ataques de sus adversarios-, no obstante haber estado “a dos fuegos”, pues Haro Ramírez salió con el objetivo de “minarla”, Lemus Navarro actuó como todo su equipo ha actuado durante lo que va de campaña: recurriendo a la estrategia de “guerra sucia” como el “librito” recomienda que haga quien va perdiendo, quien va a la zaga, quien necesita hacer el intento de alcanzar a quien va adelante de él.

En ese acto desesperado, Jesús Pablo Lemus no tuvo empacho, incluso, en incurrir en lo que fue calificado como “violencia de género” al hacer señalamientos en contra de Claudia Delgadillo que posiblemente le traigan repercusiones políticas y que más tarde habrán de denunciar los integrantes de la coalición Sigamos Haciendo Historia.

En síntesis, Lemus Navarro parece ir “a la deriva” sin nadie que salga a su rescate ni con “cuerda” alguna a la mano de la cual sostenerse, pues sus propuestas, además, no han impactado entre la ciudadanía porque son, por un lado, obras que forzosamente requieren del apoyo del gobierno federal y -como se lo dijo Laura Haro-, no puede garantizar que lo tendrá porque se ha encargado de “dinamitar” su relación con el “centro” y, por el otro lado, su candidato presidencial _”del que te avergüenzas”, le volvió a recriminar Haro Ramírez-, está muy lejos de una soñada victoria.

Los apoyos locales han sido mínimos, únicamente de algunos candidatos que por su condición tienen que aparecer en los actos públicos, principalmente en el resto del estado, como el caso de Alberto Esquer y Mirza Flores, candidatos al Senado de la República.

A su vez, Claudia Delgadillo no sólo ha repuntado en las encuestas y se ha mantenido como “puntera”, sino que tiene ya el “cobijo” de figuras y fuerzas al interior de Morena y la coalición del que carecía al inicio de su campaña. Además, el apoyo incondicional de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum, el trabajo de su equipo cercano y el reforzamiento que tiene con la presencia de Leonel Cota como delegado especial, se nota y el primer buen resultado es, precisamente, el haber salido muy bien del debate y haberle ganado a su adversario nada menos que en “su” propia casa editorial.

Claro, ahora Delgadillo y su equipo tendrán que cuidar el no perder lo ganado hasta ahora, procurar evitar errores que le cuesten puntos entre los ciudadanos y seguir avanzando si no quieren encontrarse con una sorpresa en los dos siguientes debates que aún faltan, que aunque no son decisivos en la preferencia ciudadana, de alguna manera “abollan” y pueden convertirse en “piedras” que provoquen un tropezón del que le sea difícil levantarse.

Así, pues, trabajó le costará a Lemus Navarro convencer a la ciudadanía de que anda “¡bien y de buenas!”, y que el “¡Ánimo”! que pretenda inyectarle a los demás, tendrá primero que creérsela él mismo.

Y si no, al tiempo…