¿Desde cuándo un candidato que presume ser puntero en siete encuestas se dedica prácticamente el 80 por ciento del tiempo de un debate de hora y media a lanzar “golpes” a una de sus adversarias como lo hizo contra Claudia Delgadillo González el de Movimiento Ciudadano, Jesús Pablo Lemus Navarro, en el que hoy se llevó a cabo en Zapotlán el Grande? ¿Desde cuándo el presunto candidato puntero le dedica más tiempo a atacar a su adversaria que a plantear propuestas y atender los cuestionamientos de la audiencia? ¿Cuándo el supuesto puntero se dedica a voltear a sus lados en ligar de mantener la vista de frente, a las cámaras y no a sus adversarias?

Pues esto es lo que sucedió hace unas horas en el segundo debate entre los aspirantes a la gubernatura, Claudia Delgadillo González, Laura Haro Ramírez y Jesús Pablo Lemus Navarro, en el que el abanderado de MC demostró que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez tiene razón en ser escéptico de que el candidato de su partido vaya a ganar la elección del dos de junio próximo, como lo hubiera asegurado en otras circunstancias o como se ufanaba en el 2021.

Lo que vimos ayer confirmó lo que publicamos en nuestra primera entrega respecto a cómo llegaban al debate los tres aspirantes: Claudia Delgadillo se condujo con tranquilidad; más serena y certera que en el primer debate; no se distrajo como la vez pasada ante los “dardos” que le lanzaron sus contendientes; supo y logró sortear y salir bien librada ante los “dos fuegos” a la que fue sometida por Lemus y Haro, quienes dieron la impresión de ser aliados en ese objetivo: todos contra Claudia. Por supuesto, ella no se quedó con los brazos cruzados y lanzó el “parque” que llevaba, con dedicatoria expresa para Lemus Navarro que no quiso contestar.

Los “golpes” en su contra fueron más de forma que de fondo: Que si antes vivió en una casa popular y hoy lo hace en una “casota”; que si ayer fue amiga de Peña Nieto y celebró con él la derrota de López Obrador en el 2012; que si dependencias federales de la 4T invirtieron en el banco Accendo; que por qué permitió que desaparecieran las estancias infantiles.

Una vez más, eso sí, quedó demostrado que un debate no es el mejor escenario en el que la candidata de Morena y aliados sepa desenvolverse muy bien, como tampoco la oratoria es una de sus fortalezas. Pero, finalmente, Claudia Delgadillo llegó, se comportó y concluyó como la candidata que va a la alza y que, en esa calidad, debe de cuidar cada uno de sus pasos para no “resbalar”.

Laura Haro, una vez más, como en el debate anterior, dio cátedra de saber lanzar “misiles” a sus adversarios, aunque la mayoría de ellos fueron fallidos porque sus destinatarios los ignoraron. Demostró que tuvo excelentes maestros de la oratoria, sabe cuándo poner mayor énfasis en determinados temas y en qué momento darle la entonación necesaria para tener mayor impacto. Sus “golpes” son de impacto para el auditorio, pero pierden efecto cuando son ignorados. Al igual que Lemus, es histriónica o se ha vuelto histriónica en ese sentido. Uno de sus errores es que anda rayando en la soberbia y hasta se enoja o reclama porque no se le reconocen sus logros. Sabe que no tiene “cola que le pisen” y por ello no se detiene para lanzar señalamientos en contra de sus adversarios, pero el silencio de éstos es la respuesta.

A diferencia del debate anterior, hoy salió decidida a irse en contra de Claudia Delgadillo haciendo el 1-2 con Pablo Lemus. Como en el pasado encuentro, le recriminó su actuación en San Lázaro, como compañeras diputadas federales que son. En ambos debates se ha notado mucho que es más ruda con Delgadillo que con Lemus, pues a éste no lo toca con temas como los que hoy le señaló al candidato Delgadillo González: luminarias en Zapopan, patrullas en Guadalajara, desaparición de 300 millones de pesos en Zapopan, entre otros. Ni en este ni en el debate anterior.

Sin duda las críticas puntuales a sus adversarios y el planteamiento de propuestas claras en su proyecto de gobierno -que hacen la diferencia con sus contendientes-, le sumarán algunos puntos, como anotamos en nuestra entrega de ayer que a eso iría Laura Haro a este debate. Y seguramente sumará.

Finalmente, Pablo Lemus llegó con el objetivo de remontar un escenario que no sólo se le ha complicado sino que comienza a dejarlo atrás, por eso se entiende que a este debate haya llegado con el objetivo único, no de plantear propuestas sobre los temas del debate sino a irse a la ofensiva en contra de su principal adversaria, Claudia Delgadillo, a la que ve cómo comienza a despegársele, recurriendo al “golpeteo” constante durante los 90 minutos del encuentro.

Reitero: las críticas de Lemus a Delgadillo fueron más de forma que de fondo. Las de Delgadillo contra Lemus fueron de fondo y no de forma: ¿Qué pasó con los 300 millones de pesos depositados en Accendo Banco cuando gobernaba Zapopan? ¿Qué pasó con el sobreprecio al que fueron adquiridas las patrullas en Guadalajara? ¿Qué pasa con los acuerdos que tiene con empresas “favoritas” como Construlita, Red Park IM Industria y Suco, a las que contrata por adjudicación directa en Obras Públicas de Guadalajara?

Pero tampoco respondió preguntas de fondo como la que le hizo Laura Haro sobre de dónde sacará los recursos para las obras de vialidad que promete: las Líneas 5 y 6 del Tren Ligero y el ramal a Valle de los Molinos, si para eso se requiere del apoyo federal y ese no lo tendrá si gana Xóchitl Gálvez o Claudia Sheinbaum, toda vez que “tu candidato del que te avergüenzas (Jorge Álvarez Máynez) anda muy abajo”.

Ayer Lemus Navarro llegó al debate, desesperado, con un sólo objetivo: ir tras de Claudia Delgadillo porque lo está dejando atrás, y para ello hizo lo que nunca hace el aspirante que dice ir en primer lugar: dedicarse a “golpear”, en este caso, a su adversaria durante casi todo el encuentro.

¿Qué nos depara el tercer debate? Ojalá y mucho, pero mucho más que el de ayer, que prácticamente fue una pérdida de tiempo al convertirse en un “debate Montessori”, pues los candidatos se dedicaron a hacer y decir lo que ellos quisieron, no lo que les obligaba la temática obligada.

En fin…