Por Hugo Luna

La dimensión de la crisis la entendemos al conocer la situación financiera del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Su director general Daniel Karam podrá echar mano de un porcentaje de las reservas de la institución para hacer frente a los gastos más indispensables para la operación del Seguro Social.

El hoyo financiero del IMSS equivale a 36 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), para tener una idea más clara los pasivos laborales de esta institución equivale a 1.2 millones, que equivalen a 10 puntos del PIB.

Era de esperarse esta crisis financiera en el Seguro, porque la institución ha dejado de recibir las cuotas obrero patronales por la desocupación de cientos de miles de trabajadores desempleados.

La situación del IMSS da idea de la profundidad de la crisis, no sólo en las finanzas públicas, sino también de su impacto en la economía real del país.

Es una sensata decisión la de usar parte de las reservas, pues el único lujo que no puede darse el Estado mexicano es permitir la quiebra del Seguro Social.

Lo que deben comprender los servidores públicos que más importante que el equilibrio de las finanzas públicas, es apuntalar al Seguro Social, porque está en juego la estabilidad y viabilidad del país.