Parafraseando a Rubén Aguilar, ex vocero del entonces presidente Vicente Fox, lo que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quiso decir en su breve discurso del pasado sábado, es que el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha apoyado a Jalisco como se merece o como sí lo ha hecho con otros estados. No precisó si la causa fue por las confrontaciones que en su contra tuvo el gobernador Enrique Alfaro Ramírez en sus primeros dos años de gobierno o porque la entidad se ha caracterizado por ser antilópezobradorista.

¿O por qué, entonces, López Obrador siente que tiene una deuda con Jalisco y los jaliscienses, como dijo Adán Augusto? ¿Por qué el secretario de Gobernación habla de una reconciliación en Jalisco? ¿Será una reconciliación entre el gobierno federal y el gobierno estatal o solamente entre el primero y los jaliscienses? ¿O estará hablando de una reconciliación entre los morenistas en Jalisco, que tanta falta les hace?

“Dile a nuestros paisanos de Jalisco que los queremos mucho y que entre todos vamos a saldar la deuda con Jalisco, vamos a transformar a Jalisco. Y lo más importante: va a haber reconciliación en Jalisco”, contó López Hernández que le pidió López Obrador transmitiera a los jaliscienses. Y luego contó la anécdota que nos hace creer que en su falta de atención para con Jalisco, en el presidente de la República había un dejo de venganza o de “ajustar cuentas” con el estado, pues reconoció que “el lugar más difícil para este movimiento (de la 4T) era Jalisco”. Pero aceptó que con el paso del tiempo, no podía seguir actuando de la misma manera, ignorando al estado. Dijo:

“Sin embargo, los jaliscienses siempre nos respetaron, a su estilo nos quisieron, y en su momento nos han apoyado. Por eso tenemos una deuda, el país no puede transformarse, no puede cambiar, si no hay transformación en Jalisco. ¡Llegará muy pronto! Yo creo que en dos años y meses, la transformación, el cambio, la reconciliación del nuevo Jalisco…”.

Trajo a colasión el hecho de que “donde pensamos que no había nada, que no podíamos organizar nada”, durante el ejercicio de la revocación de mandato obtuvieron 600 mil votos a favor de que López Obrador continuara en el cargo. Y destacó que esos votos se lograron “donde no tenemos gobierno, donde no hay un gobierno democrático y popular. Fue una hazaña lo que los jaliscienses hicieron el 10 de abril. Es algo que el presidente de la República les va a devolver a ustedes”, aseguró.

Adán Augusto López subrayó que el presidente López Obrador tiene “especial interés” en Jalisco, y que por eso “no le regateamos nada a Jalisco (…). El tiempo de Jalisco -auguró- va a ser mejor, el más perfecto de todos”. Pareciera no haber demagogia en estas palabras, tan acostumbrados a ella, sino más bien parece que, efectivamente, el secretario de Gobernación fue simplemente el mensajero del presidente.

Así se resume el título de la anunciada conferencia: “La importancia de Jalisco y su relación con el gobierno de México”. Y nada menos que el secretario de Gobernación fue el vocero del presidente López Obrador para venir y decir que la 4T tiene una deuda que pagar a Jalisco y que esa deuda la pagará, al tiempo de que vendrá la reconciliación “en dos años y meses”.

No quisiera ser mal pensado, pero no dejo de preguntarme: ¿Será que desde Palacio Nacional algo se “cocina” que aún no sabemos, pero cuya receta quizás si la conocen en Casa Jalisco?

Al tiempo…