Por Julio César Hernández

Los peores momentos que se recuerden del Poder Legislativo a lo largo de su historia, se revivieron en los últimos días con la actuación de la actual Legislatura local en el caso de los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia que concluyeron su gestión y cuya actuación fue sometida a revisión por parte de los diputados.

La forma en que decidieron que ninguno de los seis magistrados merecía repetir en el cargo, la premura con que convocaron el registro de candidatos a ocupar las seis vacantes y la burda repartición que se hicieron de los aspirantes electos, ponen de manifiesto que los diputados anteponen sus intereses partidistas a los de la ciudadanía que reclama tener un Poder Judicial integrado por personajes los mejores hombres y mujeres.

Los diputados ignoraron todo a su alrededor y sin recato alguno acordaron que el PAN designara y se quedara con tres magistrados (Austreberto Andrade Mariscal, Jaime Gómez y José de Jesús Angulo Aguirre), que el PRI designara a dos (Luis Carlos Vega Patanes y Espartaco Cedeño Muñoz) y que el PRD se quedara con uno (Hugo Olveda Colunga).

A los diputados poco les importó la opinión de los expertos y especialistas en la materia.

Privilegiaron las cuotas partidistas, demostrando con hechos que su discurso en favor de la mejoría del Poder Judicial sólo es mera pose.

O ¿por qué no modificar la forma de selección de quienes aspiran a formar parte del Poder Judicial para acabar con sospechas y suspicacias de que lo único que se hace -y se hizo en esta ocasión- es quizás pagar favores o colocar en estos cargos a quienes después podrían obrarles ese favor?

Vergonzoso es atestiguar cómo nuestros representantes ciudadanos simplemente aprobaron la lista de candidatos que previamente les entregaron, sin hacer valer su propia opinión.

Y luego se indignan porque la sociedad los califica con la más baja puntuación. Por debajo, inclusive, de los elementos de seguridad, cuya imagen de por sí está bastante deteriorada. Señores diputados, dignifiquen su cargo y ayuden a dignificar el del Poder Judicial.