Por Julio César Hernández

No hay duda que en Acción Nacional los secretarios particulares estuvieron de suerte el sábado pasado durante la asamblea nacional, pues César Nava y Antonio Gloria, quienes ocupan ese cargo con Felipe Calderón y Emilio González, respectivamente, hicieron el uno-dos en la elección de consejeros, al alcanzar, en ese orden, la máxima votación.

Hay quienes consideran que el resultado obtenido, coloca a Nava en la antesala de la candidatura del grupo calderonista para la dirigencia nacional que habrá de elegirse en marzo del año próximo, no así Gloria Morales que no tiene en su futuro una nueva responsabilidad partidista.

Desde que se desarrolló aquí la asamblea estatal, en donde los paquistas y emilistas salieron casi parejos, advertimos que esta contienda era más entre calderonistas y espinistas por lo que estaba en juego –el Consejo Nacional-, en tanto que la lucha local entre las dos corrientes que hoy pelean el poder del partido en Jalisco, medirán fuerzas cuando esté en juego el Consejo Estatal.

Por eso no debe de extrañarnos que nuevamente la gente de Ramírez Acuña y la de Emilio González hayan prácticamente empatado otra vez. Insisto, no debe verse la contienda nacional con una óptica local.

Y en este sentido, vale destacar que haya quedado fuera del Consejo a quien no pocos consideraban al jalisciense más cercano al dirigente nacional Manuel Espino Barrientos: Fernando Garza Martínez.

Recodemos que cuando Garza andaba en busca de la candidatura al gobierno estatal, fue Espino quien lo “destapó” en un evento panista celebrado en el salón “Bugambilias”, con lo que el dirigente nacional marcaba en aquella ocasión quien era su candidato. Y también perdió.

Con el resultado que arrojó la asamblea nacional, se puede presumir que difícilmente Espino o su corriente tienen posibilidad alguna de alcanzar la presidencia nacional del PAN.

Todo indica que la corriente del Presidente de la República podrá colocar en ese cargo al propio César Nava o al secretario de la Función Pública, Germán Martínez, quien fue “destapado” como tal en algunas mantas que aparecieron afuera de la sede de la asamblea, allá en León.

Lo que si hay que analizar ahora es la actitud que mantendrán los panistas de Jalisco que se la jugaron con Manuel Espino, pues los calderonistas están hoy que no caben de gusto y seguramente que querrán repetirles la fórmula en la próxima asamblea estatal.

Así, pues, todo indica que Calderón Hinojosa tiene el camino despejado para colocar en la dirigencia nacional del PAN a un aliado con quien pueda mantener, desde la presidencia, una “sana cercanía”.

Sin embargo, hay que esperar cuál es la postura que de ahora en adelante guarda Manuel Espino en lo que le queda de tiempo en la dirigencia panista, si va a ser la misma de enfrentamiento con Los Pinos, si endurecerá aun más su postura o si preferirá modificar su relación de una mayor colaboración con el presidente Calderón.