Por Hugo Luna

La percepción que prevalece en la entidad es errónea: el poder de los Sindicatos no representa un problema, es la ausencia de Sindicatos “Inteligentes” y la incapacidad gubernamental para manejarlos, esa es la verdadera objeción.

Las dificultades que los Gobiernos locales han enfrentado para lidiar con los intereses de estos grupos tienen su origen en la incapacidad para integrarlos en las discusiones de una agenda de políticas públicas.

Mi reflexión parte de acuerdo a la experiencia de las economías nórdicas (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia) estos países son lo que mejores resultados han logrado en materia de reformas a los sistemas de seguridad social y flexibilidad del mercado laboral, no son aquellos con Sindicatos débiles.

No veo un problema que los Sindicatos sean un poder. Al contrario, las naciones que lo están haciendo mejor no son aquellos con Sindicatos invisibles, sino con grupos de trabajadores muy fuertes, pero con los que se han logrado acuerdos a través del dialogo.

Los Sindicatos nórdicos tienen mucho poder, pero son “Sindicatos Inteligentes”, los cuales comprenden la evolución económica de su país, su entorno social y, en consecuencia, con los cuales se puede negociar con resultados exitosos.

Imaginemos a las centrales obreras de Jalisco y a sus respectivos dirigentes en estas condiciones o mejor dicho desarrollando organizaciones o gremios “Inteligentes” sería fabuloso para nuestra economía.

En este contexto como el local, en donde es urgente negociar una reforma laboral estatal y de paso proponer un sistema de seguridad social a la federación, la estrategia del Gobierno de Emilio González no debe ser la de excluir a los trabajadores.

Entre más integrados estén en las negociaciones, ¡mejor! Pero tiene que ser de una forma inteligente, en un contexto donde el contrato final involucre el compromiso de ambas partes, con una obligación mutua de contribuir, en donde el resultado final sea en condiciones de ganar-ganar”.

Con experiencias exitosas de políticas negociadas entre ambas partes, y que demuestran que esta visión es posible transferirla a la realidad jalisciense. (Hugo Luna)