Desdibujado, sin personalidad propia, sin fuerza y sin la presencia que algún día tuvo como partido de oposición en Jalisco, Acción Nacional en Jalisco llegó a sus 82 años de vida el pasado 16 de septiembre, aniversario que prácticamente pasó desapercibido porque ya ni a sus propios militantes interesa y mucho menos anima. Para lo único que les dio fue para enunciar el evento en sus redes sociales. No más.

Referirse hoy al partido fundado por Manuel Gómez Morín un 16 de septiembre de 1939 y que tuvo como ideológo a un jalisciense como Efraín González Luna, es hacerlo indentificándolo como “apéndice” del gobierno del Estado, de la mayoría legislativa en el Congreso y de los gobiernos municipales de la zona metropolitana, todos ellos de Movimiento Ciudadano.

En Jalisco, el PAN es para MC lo que el PT es para Morena a nivel nacional. Así de grave es su realidad.

Hoy Acción Nacional carece de personajes de relevancia, y quienes alguna vez lo fueron y están con vida decidieron, seguramente muy a su pesar, retirarse de la vida partidista porque no se identifican con un panismo extremadamente pragmático donde los ideales y los principios se “catafixiaron” por las prebendas, la nómina y las migajas que les dejan las derrotas, muchas veces negociadas anticipadamente con el poder. En el PAN, nunca será una frase “sobada” aquello de que les gusta “administrar la derrota” sino que para muchos de ellos, quienes ostentan el control, es una forma de vida.

En julio de 2004, en una entrevista para el periódico Ocho Columnas, el entonces senador ya finado Gildardo Gómez Verónica, uno de los referentes doctrinarios del PAN, declaró algo que parcialmente hoy aún tiene vigencia: “Hemos cometido muchos errores. Aquí en Jalisco, solamente, hay muchas presidencias municipales que ganamos con el membrete del PAN, pero con monigotes que no tienen nada qué ver con el PAN. Eso desacredita a los partidos, y el PAN no pudo controlar la arribazón de oportunistas y eso nos ha hecho mucho daño”.

Digo que parcialmente tienen hoy vigencia estas palabras de Gómez Verónica, porque para desgracia del PAN ya no gana “muchas presidencias municipales” -vamos, ya no es capaz ni siquiera de ganar más de una regiduría en la zona metropolitana-, pero sí lo hicieron “con monigotes que no tienen nada qué ver con el PAN”, que se mantienen incrustados en el partido y que lograron avanzar hasta hacerse del poder y del control. Eso, como lo reconoció Gildardo Gómez, fue el resultado de que Acción Nacional no haya podido “controlar la arribazón de oportunistas”. Y hoy paga caro la factura.

Ayer en su festejo en el Comité Ejecutivo Nacional, el presidente en turno del partido, Héctor Larios, aseveró que el PAN debe consumarse como la principal opción opositora enarbolando la defensa de las clases medias y de la generación de la riqueza. Para desgracia del PAN, en Jalisco se advierte muy difícil y lejano que en el corto y mediano plazo este partido quiera -porque eso es, no quiere- convertirse en aquella opción opositora que fue por décadas hasta alcanzar el poder en 1995 cuando ganó por primera vez la gubernatura. Para quienes controlan hoy el PAN, la comodidad de ser los principales aliados del gobierno emecista les deja mayores y mejores dividendos.

Así, pues, Acción Nacional llegó a sus 82 años de vida como partido político, pero hoy muchos panistas y no panistas en Jalisco coinciden en una sola pregunta: ¿Hay algo qué celebrar?