Por Hugo Luna

Más de la mitad de mexicanos como usted y yo viven en la pobreza. No hay un indicador más frío de nuestra realidad económica. Entre nosotros hay 55 millones de personas que no tienen ingresos para cubrir sus necesidades de alimentación, salud, educación, vestido, calzado, vivienda y transporte público. Ante este dato, suena raro mencionar que somos el octavo país que más exporta en el mundo; el segundo socio comercial de Estados Unidos y la décima economía más grande del mundo.

Suena extraño ¡verdad! porque las exportaciones, los grados de inversión de las calificadoras, los aumentos en la productividad y el desarrollo exponencial de los grandes corporativos no han servido para revertir nuestra propensión nacional a multiplicar la pobreza.

En Jalisco andamos por las mismas; es decir, la entidad ha desarrollado un escaso crecimiento y sin equidad. Municipios que hace seis años cuando empezó la administración de Francisco Ramírez Acuña- mostraban índices de marginación muy altos según el Consejo Nacional de Población (Conapo), aumentaron su grado de pobreza.

Mezquitic y Bolaños, municipios ubicados en el norte de la entidad, donde habitan indígenas huícholes. Hace seis años Mezquitic estaba en el lugar 80 entre los municipios más marginados del país y en 2005 cuando se realizó el conteo de población y vivienda más reciente- había pasado al 19; Bolaños, la segunda demarcación más marginada de Jalisco, pasó del 507 al 242.

Tras dos sexenios de gobiernos panistas, y en el comienzo de otro, en la entidad, también se ha agudizado la migración: Jalisco se consolidó como el segundo expulsor de paisanos a Estados Unidos, después de Guanajuato y por encima de Michoacán.

De los 125 municipios de Jalisco, 24 están catalogados como de ”muy alta” intensidad migratoria. En otros 56 es considerada ”alta”.

Casi dos tercios de los 125 municipios de la entidad son de muy alta o alta intensidad migratoria. Asimismo, de casi millón y medio de hogares de Jalisco, 7.7 por ciento recibe remesas.

Los municipios con mayor índice de pobreza están entre los que envían más personas al extranjero en busca de dinero. Entre estas demarcaciones destacan Cuautitlán de García Barragán y Villa Guerrero.

Parece ser que en Jalisco la maquila de pobres funciona más eficientemente que la factoría de egresados universitarios o la industria electrónica que genera empleos.

A juzgar por los resultados, somos eficientes para producir pobres, pero no podemos patentar el método porque ni siquiera sabemos muy bien cómo es que funciona tan bien nuestra maquila de desposeídos.

Los especialistas no se ponen de acuerdo. Sabemos que la pobreza es consecuencia de las malas políticas económicas aplicadas, pero también cuentan la geografía, el papel que nos ha tocado desempeñar en el concierto municipal y de regiones, nuestra baja productividad per. capita, las deficiencias de nuestro orden jurídico y algunos factores culturales.