Julio César Hernández
¿Estaba en sus cinco sentidos el gobernador Emilio González Márquez cuando ayer, ante los panistas, denunció que los diputados priistas de la actual Legslatura no aprueban sus iniciativas en materia de seguridad porque negociaron o quieren negociar con los narcos?
Lo digo porque temerariamente hizo una denuncia en contra de los actuales legisladores del PRI sin ofrecer pruebas que la sostengan, y que no puede tomarse simplemente como una “bravata” más del Gobernador de Jalisco y aspirante a la candidatura a la Presidencia de la República. 
Lo que sí parece que nos queda claro es que con estas estruendosas declaraciones Emilio González Márquez da el “banderazo” a la reprobada y aborrecida por la ciudadanía “guerra sucia” con miras al proceso electoral.
Alzando el tono de voz, y quizás animado por su dirigente nacional Gustavo Madero que vino a Jalisco a arremeter en contra del mexiquense Enrique Peña Nieto, González Márquez exclamó textualmente:
“Le pregunto a los señores del PRI: ¿Ellos qué obtuvieron? ¿Obtuvieron dinero? ¿Obtuvieron recursos ¡para enriquecerse a costa de la sangre de muchos jaliscienses que están dando su vida y de la tranquilidad de nuestras familias!?…”.
Y entonces vino luego la acusación directa:
“Ahora entiendo por qué los priistas en el Congreso de Jalisco no pueden aprobar esta iniciativa (en materia de seguridad), posiblemente les queda todavía el resabio, el recuerdo, ¡la nostalgia! o el deseo de seguir negociando con los narcos para obtener beneficios personales…”.
¿Puede tomarse esta declaración a la ligera e ignorarse simplemente? ¿O se actuará en consecuencia más allá de un simple reclamo de que se disculpe públicamente, cuando sabemos que no lo hará?
Quizás no nos extrañe, pero démosle, pues, la bienvenida a la “guerra sucia” a la que los panistas nos tienen ya acostumbrados, sólo que en 2009 ya vivieron en “carne propia” la respuesta ciudadana.
¿No aprendieron, entonces, la lección?