Gilberto Pérez Castillo

Salvador Cosío Gaona no le hace ningún buen servicio a su partido, a la política ni a Jalisco.

Formado en la vieja escuela de la política priista, cobijado en su calidad de junior, Salvador Cosío escaló rápido en la escalera política por ser hijo del ex gobernador Guillermo Cosío Vidaurri.

Desde el destape de su padre como candidato a Gobernador de Jalisco a finales de los 80s, Chava Cosío supo valerse del poder paterno para aprovecharse personalmente y escalar en la vida política local.

Durante la campaña política de su padre y en la etapa de las elecciones intermedias de la administración de Guillermo Cosío, a Salvador se le acusó de vender las candidaturas del PRI y de aprovecharse de los presidentes municipales que “le debían” la llegada al gobierno.

También se le señaló por haber conseguido de una manera extremadamente rápida y sospechosa la maestría y el doctorado en derecho con el que se presenta.

Igualmente, gracias al poder paterno se convirtió en Notario Público Número 8 del Municipio de Zapopan y Notario Público del Patrimonio del Inmueble Federal desde 1994

Por su aguda inclinación a aprovechar cualquier posibilidad de negocio ilegítimo dentro del gobierno fue conocido durante el trienio cosiista como El Papayo, porque, se decía, siempre salía con el “papá yo, papá yo”, cuando se trataba conseguir contratos y prebendas.

Luego de la caída en desgracia de don Guillermo, por su actuación ante las explosiones del 22 de abril de 1992, Chava Cosío se refugió en el distrito 5, el más cosiista del estado, y se convirtió en diputado local, luego diputado federal y luego una vez más diputado local por el PRI.

De su paso por el Congreso de la Unión se recuerda su férrea defensa de los intereses de las grandes cadenas de televisión y radio y su obstinación para promover la aprobación para la instalación de casinos en México. Ambas obsesiones generaron por supuesto suspicacias.

Su estancia actual como diputado local tampoco ha dejado un buen sabor de boca.

Primero, se convirtió en un feroz perseguidor del gobernador Francisco Ramírez Acuña, desde la Comisión de Inspección que presidió, señalándole al titular del Ejecutivo graves irregularidades en el manejo de los recursos públicos que administra. Pero ahora, por sospechosas razones, se ha convertido en el principal defensor y cabildero de los intereses del gobernador panista en el Congreso del Estado.

Cosío aprovechó la Comisión de Inspección para obtener beneficios políticos y personales, por el margen de maniobra que la ley permite para negociar las irregularidades que los gobernantes cometen al administrar los recursos públicos. Desde esa plataforma se quiso catapultar para conseguir la candidatura del PRI a Gobernador y después la de Presidente Municipal de Zapopan.

Al no conseguir ninguna de esas candidaturas, Chava Cosío quiso conseguir posiciones en el PRI para el y para un familiar suyo sin conseguirlo. Al no obtener lo buscado, Cosio Gaona se pasó al PRD este año, esperando agarrar chamba en este partido.

Sin el menor pudor, en el partido del sol azteca presionó para que fuera modificada la planilla de candidatos a regidores de Zapopan y se le ubicara a él en el segundo lugar de la lista, bajo el argumento de “¿de qué voy a vivir los próximos tres años?”, pero no lo consiguió.

Finalmente Salvador Cosío no amarró cargo de elección popular para los próximos tres años. Por eso está buscando salir lo mejor gratificado en los meses que le quedan como diputado local. Esa es la razón por la que ahora cabildea a propios y extraños las reformas que se requieran, sin importar si benefician o perjudican a los jaliscienses, mientras él pueda obtener algún beneficio.

También se ha aprovechado de su influencia dentro del Congreso para viajar a costas del presupuesto, para obtener vehículos y viáticos, y para darles chambas a sus incondicionales.

Sus últimas dos gracias como legislador local han sido promover reformas que constituyen un retroceso en materia de transparencia y rendición de cuentas en Jalisco, para beneficiar personalmente al gobernador Ramírez Acuña, y la promoción de los viajes que hicieron dos grupos de diputados a Oriente y a Miami, ambas cosas estando en contra de las posiciones y recomendaciones del propio PRD.

Lo que es difícil de encontrar en la biografía política de Salvador Cosío es una acción positiva que haya realizado a favor de la gente.

Por eso es posible afirmar que Salvador Cosía Gaona no le hace ningún bien al PRD, ni a la política, ni a Jalisco. *Publicado en el Semanario Crítica el 9 de Octubre de 2006.