Alfonso Javier Márquez

Esta semana revivirá el tema de la mentada de madre del gobernador. La Comisión Estatal de los Derechos Humanos lo pondrá de nueva cuenta en el centro del debate cuando emita su recomendación número 13/2008 en la que resolverá que el mandatario violó los derechos de los jaliscienses al discriminar a quienes no estén de acuerdo con él ofendiéndolos con palabras altisonantes. Esto muy probablemente ocurra este miércoles.

Cuando la Comisión de los Derechos Humanos resuelva en este sentido su recomendación, el gobernador Emilio González Márquez se verá obligado a aceptar la recomendación o bien a rechazarla lo que no le conviene bajo ninguna óptica pues lo meterá de nueva cuenta en la dinámica de la polémica y la guerra de declaraciones con el presidente de la Comisión, Felipe de Jesús Álvarez Cibrían.

Fueron poco mas de 300 las quejas recibidas por la CEDH por ese concepto al que la el ombudsman se rehúsa llamar “el asunto de la mentada” y prefiere decirle “el incidente y las declaraciones del Banquete del Hambre”.

En Semana Santa, seguro el gobernador no pensó hasta donde lo llevaría la ocurrencia de desviar dinero del erario público para apoyar la construcción de un templo católico; lo que me pregunto es si lo volvería hacer.

Cualquier persona en su sano juicio evitaría meterse a un tema tan complicado como este, pero el gobernador no da ni la menor señal de querer echarse para atrás con el donativo prometido a la iglesia católica a través de una asociación civil.

Una evidencia de la férrea convicción religiosa del gobernador que aun inmerso en la peor crisis de opinión pública de su administración y con cuatro años y medio aún por delante para gobernar, mantenga su palabra aun contra los consejos de muchos en su equipo que le han dicho que le pida al cardenal Juan Sandoval Iñiguez que lo perdone si no le da el dinero pues esta en riesgo su gobernabilidad y el resto del periodo de gobierno.

En Semana Santa, cuando anunció el donativo, el gobernador -o quien quiera que haya sido el que lo aconsejó- creyó que se generaría una noticia polémica que lo colocaría en los medios nacionales en un momento en el que hay pocas noticias destacadas y que se podría aprovechar el asueto para meter al mandatario en los medios nacionales con un tema que -creyeron- al final le traería popularidad por apoyar a la iglesia católica en un país predominantemente católico. Tal vez yo lo hubiera pensado así también antes de ese miércoles de semana santa.

Pero el tema no resultó tan benéfico para la imagen del gobernador. Todo lo contrario, el rumbo que tomó el debate en Jalisco lo llevó a los medios nacionales pero en medio de la burla -“gober piadoso”- y la crítica lo que colocó a Emilio González a una circunstancia inesperada por sus asesores.

A un mes de la ocurrencia del “macro limosnazo”, como le llaman muchos, el gobernador agobiado por la presión de la opinión pública y con una copas de mas, se lanzó de nuevo al ruedo y no solo anunció otro donativo de 15 millones de pesos para una organización que pertenece a la misma iglesia católica : “Cáritas”, sino que se lanza a ofender verbalmente a los jaliscienses que no estén de acuerdo con él lo que lejos de enfriar el coraje de muchos de los ciudadanos que estaban en desacuerdo con él se calentaron mas por la ofensas del mandatario la fatídica noche de la mentada.

Esta semana, cuando la CEDH emita su recomendación tendrá que pensarlo muy bien el gobernador antes de responder.