Gilberto Pérez Castillo Al culpar a Raúl Padilla López de todos los fracasos de su gobierno, Emilio González Márquez no hace más que mostrar su incapacidad política y su ineficacia como gobernante.
Si consideramos todos los instrumentos políticos, económicos, institucionales y hasta de fuerza pública con los que cuenta un gobernador en un estado como Jalisco, resulta sorprendente escuchar una y otra vez a Emilio y su ineficaz equipo quejarse como niños de que el exrector de la Universidad de Guadalajara no los deja gobernar.
Emilio González no es el primer gobernador que ha tenido que tratar y lidiar a Raúl Padilla López, pero sí es el único que han sido incapaz de llevar una relación constructiva con el exrector y su grupo.
Ni Francisco Ramírez Acuña, quien mantuvo una relación tensa con Padilla López, llevó esta relación a los niveles de inoperancia a los que la ha llevado Emilio González.
Pensar que un exrector de una universidad, por muy poderosos que puedan ser Raúl Padilla y la UdeG, son capaces de impedirle a un gobernador hacer su trabajo es un despropósito.
Lo que sí se puede pensar es que un gobernador incapaz e ineficaz como Emilio González necesitará encontrar siempre a quien culpar de sus limitaciones.