El incendio del Mercado Corona de Guadalajara, el domingo 4 de mayo pasado, sucedió mientras en San Pedro Tlaquepaque se daba un fuerte debate entre el gobierno municipal y los locatarios del Mercado Juárez.
El viejo mercado de Tlaquepaque padece los graves problemas que tienen muchos mercados de la zona metropolitana: problemas estructurales serios (que lo ponen en riesgo de desplomarse), hacinamiento, instalaciones eléctricas y de gas riesgosas insalubridad y deterioro en su sistema de agua y drenajes.
Adicionalmente el Mercado Juárez tiene un antecedente más: no fue concebido como mercado sino como estacionamiento. Hacerlo mercado fue una ocurrencia posterior a su construcción, prueba de ello es que el área de comida está en el sótano, lo que obliga a bombear las aguas residuales al drenaje que se conecta en la planta baja.
Desde hace más de diez años, existen dictámenes periciales que señalan que la estructura del edificio está severamente dañada y que puede colapsar con un sismo, que son frecuentes en la ciudad. Tan grave es el riesgo, que desde hace varios años los pisos destinados a estacionamiento están clausurados. Sin embargo, ninguna administración se había hecho responsable de reforzar o reconstruir el viejo mercado.
La actual administración que encabeza Alfredo Barba Mariscal, desde hace meses se puso a buscar soluciones para el Mercado Juárez. La escasez de recursos financieros reduce las opciones.
La solución se encontró en la figura de PPS (Proyectos para Prestación de Servicios), que permite que la iniciativa privada invierta en una obra pública y que ésta sea pagada por el gobierno en tiempos relativamente largos.
El proyecto es derrumbar el viejo mercado (que tampoco tiene valor histórico o arquitectónico) y hacer uno nuevo, ahora sí diseñado para ser mercado y estacionamiento, dando seguridad a los locatarios y usuarios y recuperando los espacios de estacionamiento que tanta falta le hacen al centro de San Pedro.
Pero los locatarios del Mercado Juárez se oponen al proyecto, no obstante que se les han dado todas las garantías posibles: reubicación temporal en un espacio cercano y sin costo mientras se construye el nuevo mercado, promoción para que sus clientes acudan a su ubicación temporal y la seguridad de que todos regresarán a ocupar sus lugares una vez terminado el nuevo edificio.
Después del incendio en el Corona se están buscando a los irresponsables que permitieron que este mercado se incendiara y se perdiera.
En el caso del Mercado Juárez, donde el gobierno municipal sí está actuando con responsabilidad y prevención, la irresponsabilidad recae en los locatarios y sus líderes, que no entiende que por cuidar centavos pueden perder todo su patrimonio y que parecen no estar conscientes de que un colapso del viejo mercado puede cobrar algo irrecuperable: vidas humanas.