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Por Hugo Luna

La bancada panista tuvo que ir al despacho presidencial para impedir que los fundamentalismos económicos de algunos descarrile el acuerdo en el Congreso para aprobar alguna suerte de paquete económico.

Se parece poco al enviado por el Presidente Calderón, pero el tiempo se agotó y ya no hubo más ocasión para discusiones.

Ahora falta la formidable batalla por la distribución en el gasto del presupuesto de ingresos, aunque sea con el reloj detenido en San Lázaro, será aprobado a la brevedad.

Cuando la crisis de 1995, el Presidente Zedillo dijo a un grupo de personalidades que le reclamaban la dureza del plan de choque gubernamental:

“… Señores, desde este escritorio sólo se puede lidiar con realidades…”

Algo así aprendió el gobierno del Presidente Calderón en las negociaciones del paquete económico.