Ante el cada vez más cercano proceso electoral, al gobernador Enrique Alfaro Ramírez le urgía “zafarse” del problema de la pandemia como tema central de la vida de los jaliscienses, y poner sobre la mesa otros asuntos que le sean más redituables en términos políticos-electorales y que le puedan acarrear simpatías y votos a los candidatos de su partido Movimiento Ciudadano.
Por eso, antes del Día del Amor y la Amistad decidió poner fin a las etapas con las que venía abordando el asunto del coronavirus que lo distraían y desgastaban ante los yerros cometidos desde aquellos famosos “cinco días de confinamiento” -a punto de cumplir un año- hasta la Fase Cero y quién sabe cuántas más que no lograron detener el aumento de contagios y muertes por el Covid-19, que nos llevó a estar colocados en el tercer lugar con mayor número de muertos.
Y conocedor de los tiempos políticos, decidió recurrir a una de las muchas Mesas “Ciudadanas” establecidas y puestas en marcha según sus intereses, sabedor también de que quienes las integran “bailan” al “son” que les marcan desde Casa Jalisco. Baste de ejemplo la Mesa de Reactivación Económica -encabezada por el hoy candidato a diputado federal por MC, Mauro Garza Marín-, que incluso se prestó al juego de la megadeuda, asumiéndose como responsable de proponerla, a fin de que el Mandatario no cargara con el costo político que genera una decisión de esa naturaleza, de endeudar más al estado. Finalmente nadie les creyó.
Bueno, pues ahora, como le urgía tener un tema con el cual comenzar a hacer campaña y proselitismo, recurrió a la la mesa en turno, la denominada Nuevo Pacto, Equidad y Solidaridad Fiscal, cuyos integrantes sacaron en medio de la mayor opacidad un proyecto -al gusto del que manda-, que le permitió al gobernador enviar una iniciativa al Congreso del Estado que le permitirá, en víspera de las elecciones, volver al papel de “el salvador” de Jalisco de la maldad del gobierno federal.
Y por eso anunció que enviaría al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana la solicitud respectiva para que se encargue de aplicar la consulta a la ciudadanía -al pueblo bueno y sabio- para opine sobre si está de acuerdo o no en que cada seis años -o sea según el humor con que llegue el nuevo gobernador- el Ejecutivo y el Legislativo revisen la conveniencia de seguir o no en el Pacto Fiscal.
Por supuesto que el discurso se escucha muy bonito, pero ¿realmente al ciudadano le interesará ese tipo de consultas? ¿Entenderá de qué se trata? ¿No se prestará a la manipulación del discurso del gobernador en turno?
Pero además, ¿qué antes de esta consulta sobre el Pacto Fiscal, no están las consultas anunciadas con antelación sobre la revocación de mandato o el de la elección del llamado Congreso Constituyente? ¿Será que ambas consultas ya se archivaron en la “congeladora” de Casa Jalisco ante el riesgo que existe de que sean un fracaso o porque simplemente no son temas a los que se les puede sacar ventaja electoral en estos momentos, cuando el gobierno alfarista está desgastado, ha decepcionado y se encuentra en una posición no muy bien calificada?
Aquellos temas se manejaron mediáticamente cuando aún la famosa “Refundación” -que aún nadie entiende- todavía no era fallida, cuando podía presumirse que los gobiernos emecistas eran los pioneros en la consulta sobre la revocación de mandato. Hoy, en vísperas de un proceso electoral, ambos temas ya no “visten” al gobierno sino, por el contrario, lo hunden.
Así, pues, guardado en los “sótanos del poder” el tema de la pandemia y aplicada la política de “¡sálvese el que pueda”!, lavándose el gobierno alfarista de cualquier responsabilidad por el aumento de contagios y muertes por Covid-19, en Casa Jalisco se prestan a “explotar” hasta donde beneficie electoralmente el tema del Pacto Fiscal, nuevamente el pleito del “bueno contra el malo”.
¿O será que todo quedará en un tema mediático, utilizado electoralmente, de “dientes para fuera” -como dicen popularmente-, por algún acuerdo al que se haya llegado en la más reciente visita a Palacio Nacional?
Al tiempo…
