“Mi participación en la política partidista terminó; estoy fuera de eso. Lo digo de corazón. Voy a concentrarme en ser un buen gobernador. Eso no va a cambiar, es una decisión tomada y no tiene vuelta atrás”, reiteró anteayer en su gira por Ayotlán y Atotonilco el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, quien aceptó la invitación que le extendió Dante Delgado para sentarse a dialogar junto con otros actores políticos de Movimiento Ciudadano.

Dentro y fuera de Movimiento Ciudadano debe de rondar una pregunta cuya respuesta, cuando menos, deberían de saber los emecistas: Decir que está fuera de la política partidista y que sólo se dedicará a ser gobernador, ¿significa que estará fuera de las decisiones de MC para la selección de candidatos en Jalisco? ¿Quiere decir que así como renunció a buscar la candidatura de MC a la presidencia de la República, renuncia también al papel de “Gran Elector” que el partido le tiene asignado no sólo por ser el Primer Emecista del Estado sino por haberse convertido en el líder de este proyecto que nació en 2012 cuando se sumó al entonces partido Convergencia para ser candidato a la gubernatura? ¿Quiso decir, entonces, que la decisión de las candidaturas en Jalisco se la dejará cien por ciento a Dante Delgado y a Manuel Romo, como dirigentes nacional y estatal de MC, y que él será ajeno a cualquier decisión al respecto?

Obviamente cuesta mucho trabajo creer que así será, pero literalmente así se pueden interpretar sus declaraciones en estricto sentido.

Y si es así, entonces ya no esperemos ver fotografías de él con los aspirantes a la candidatura para sucederlo como las que se compartieron de ellos en Casa Jalisco. Tampoco esperemos volverlo a escuchar con declaraciones como si fuese el dirigente estatal del partido Movimiento Ciudadano, anunciando cuándo serán aquí los “destapes” de los candidatos de su partido, ni cómo será el proceso de selección de los candidatos; ni palabra alguna que demuestre que se involucra en tareas y decisiones que sólo y únicamente le corresponden a la dirigencia del partido naranja. Ya no veremos fotografías como la que acompaña a este texto.

Ese es el costo de anunciar que terminó su participación en la política partidista y que está fuera de ella. Decir que terminó y que está fuera es determinante. No puede estar solo “poquito” fuera o que sólo terminó “poquito”.

Estar concentrado en querer ser un buen gobernador, significa que no debe de distraerse en tareas que corresponden al partido que lo postuló y por el que llegó al gobierno, porque hay que recordar que él no milita en Movimiento Ciudadano e, incluso, ha declarado que aborrece a los partidos políticos.

Pero en la práctica y en la realidad sabemos que eso no va a suceder. El gobernador Enrique Alfaro seguirá participando en las decisiones y acciones del partido Movimiento Ciudadano en Jalisco, él “palomeará” la lista de candidatos a los espacios del Ejecutivo -estatal y municipales-, en juego; él “palomeará” la lista de quienes serán candidatos a diputados locales, por mayoría y plurinominales, y quienes conformarán las planillas de regidores, cuando menos las de la zona metropolitana; él “palomeará”, pero posiblemente Dante Delgado les dará el “visto bueno” o hará valer su “derecho de veto”, a quienes serán los candidatos a senadores y diputados federales; o viceversa: quien “palomeará” será Dante y Alfaro podría tener “derecho de veto”.

Así es la política: de dichos y hechos; de promesas e incumplimiento; de medias verdades o medias mentiras, y de contradicciones. La política es así, no le busquemos “tres pies al gato”.

Y si no, al tiempo…