¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el gobernador Enrique Alfaro Ramírez en su pleito en contra de la Universidad de Guadalajara, y concretamente en contra del jefe político del Grupo Universidad -al que se abstiene de llamar por su nombre-, Raúl Padilla López? ¿Hasta el grado de discutir por por una tontería como no coincidir en el horario de entrega de un módulo de la preparatoria en Juanacatlán? ¿Al grado de grabar un video y difundirlo en sus redes sociales, acusando de mala fe al rector Ricardo Villanueva Lomelí de impedirles el paso, colocándole candados al acceso y mantener vigilancia privada?

¿A ese nivel tan bajo lleva el Mandatario estatal su conflicto con Padilla López?

Mientras ayer en el Paraninfo de la UdeG se desarrollaba el encuentro “Los desafíos de la libertad de expresión”, encabezado por el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y en el que participaban destacados periodistas y escritores, de los que Villanueva Lomelí era el anfitrión, el gobernador Alfaro Ramírez subía a sus redes sociales un video en el que acompañado de la alcaldesa de Juanacatlán, Adriana Cortés, y del titular de la SIOP, David Zamora, aparecía a las puertas cerradas de la preparatoria desde donde dijo:

“Me hubiera gustado hacer el recorrido, entregarla y que la vean por dentro, pero resulta que aunque se le corrió la invitación al rector, lo que hizo el rector fue mandarnos cerrar con candados la preparatoria con vigilancia privada y no nos dejaron pasar. Independientemente de esa actitud, nosotros vamos a seguir apoyando a la Universidad de Guadalajara; estas son las obras que callan bocas, estas son las obras que demuestran nuestro compromiso (…), y ese compromiso pesa mucho más que los caprichos de una sola persona -en clara referencia a Raúl Padilla, pero sin mencionar su nombre-.”La universidad no es sólo una persona, no solamente el jefe del grupo político…”.

Y quitándose el cubre bocas que apenas poco antes se había colocado, expresó: “Con una sonrisa en el rostro les vamos a mandar su oficio de que ya está entregada la obra…”.

Apenas minutos después, mientras se encontraba en el Paraninfo atento al primer panel de periodistas, el rector Ricardo Villanueva respondió al mensaje del gobernador y escribió en sus redes sociales:

“Personalmente, con anticipación y cortesía, pedí cambiar la fecha de la visita a la preparatoria de Juanacatlán, porque hoy tenemos invitados en la Universidad a los que debo atender… un ejercicio que se da cotidianamente entre instituciones para empatar agendas. Yo no iría a visitar la casa de nadie si el anfitrión me pidió amablemente re agendar porque le era imposible estar para recibirme. Estoy seguro que nuestros invitados de hoy, por ejemplo, tampoco intentarían entrar al Paraninfo si no los acompañamos los universitarios. Pensé que ya era bastante con el deterioro de la racionalidad y de la alta política, pero no sabía que también se dejarían de respetar los acuerdos básicos de “etiqueta”.

Posteriormente, en rueda de prensa, Villanueva Lomelí abundó que el lunes pasado, de esta semana, recibió la invitación para la entrega de obras en la preparatoria, pero que ese mismo día -el lunes- acudió a Palacio de Gobierno donde fue recibido por el secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza, a quien le propuso reagendar el evento porque previamente ya se tenía agendado el encuentro de periodistas, pero que nunca recibió respuesta alguna.

“Tuve la cortesía y la educación de ir personalmente a Palacio de Gobierno a dar una explicación, justo para que no se malentienda”, explicó, y agregó: “Lo correcto es que lo inauguremos todos. Yo no iría a la casa de nadie si el anfitrión me dijo ‘quiero recibirte, pero no puedo estar’ y luego llegar a quejarse de que la casa esté cerrada. Le dijimos por qué no podíamos estar, y si eso no se puede entender y si lo quiere convertir en un problema, me parece infantil”.

“Infantil”, fue el calificativo con que el rector de la UdeG llamó a la actitud del gobernador. ¿Cuántos estarán de acuerdo con Villanueva Lomelí en este calificativo?

¿Por qué el gobernador Alfaro no aceptó la propuesta de reagendar el evento? ¿Le preguntó su opinión a Ibarra Pedroza, que fue quien debió de notificarle la petición de Villanueva Lomelí, o simplemente decidió no reagendarlo? ¿Por qué un evento como la entrega de un módulo -reitero: un módulo- de una preparatoria es motivo para que el gobernador ahonde aún más su pleito personal y públicamente contra Padilla López? ¿Qué ganó con esa actitud y conducta? ¿Por qué en el video no refirió que le pidieron reagendar la entrega y explicó por qué no quiso hacerlo? ¿Por qué decir maliciosamente que invitaron al rector y en lugar de aceptar la invitación mandó cerrar con candados la escuela y le fue impedida la entrada por parte de los vigilantes privados, si los hechos no fueron como él los expuso?

Lomelí Villanueva fue claro y lógico en su respuesta: Si la preparatoria está cerrada con candado y seguridad privada es porque no hay clases presenciales, y la UdeG busca proteger su patrimonio de la delincuencia y cuidar sus inmuebles mientras no haya movimiento de alumnos y profesores.

Esta conducta del gobernador con un caso tan simple e intrascendente como la entrega de un módulo de una preparatoria, no puede ser otra cosa sino reflejo de que advierte que pierde terreno en este conflicto con su otrora aliado Padilla López y que le interesa seguir echándole gasolina al fuego como parte de su estrategia, porque de esta manera cree que “calla bocas”, como él lo aseveró en el video.

Reitero: “Infantil” calificó Villanueva la conducta del gobernador. ¿Ustedes coinciden o no?