Por Hugo Luna

En la mayoría de las empresas abundan los empleados ausentes, desmotivados o poco involucrados. Esto es un lastre en un mundo que requiere algo más que disposición para desarrollar sus tareas.

Se requieren trabajadores que innoven, aporten a sus equipos de trabajo y tengan una relación sana con la empresa.

Esto quiere decir tomar en cuenta e ir más allá de los factores tradicionales de motivación: sueldo y prestaciones. Implica atender a los factores que inciden en la motivación; clima de trabajo y apoyo para lograr la conciliación de la vida personal y profesional.

En el primer mundo discuten si bajar el número de horas puede aumentar la productividad. Las empresas están yendo más allá de los contratos colectivos y ofrecen facilidades a los trabajadores para que pasen más tiempo con sus hijos, además de masajistas, gimnasios y psicólogos para reducir el estrés.

Hablar de esto en Jalisco suena a ciencia ficción. Parece un lujo para una entidad que tiene problemas de competitividad y en el que no se han resuelto la democracia sindical con las centrales obreras CROC, CTM, CROM y la FROC o la seguridad industrial.

Los rezagos en materia laboral no minimizan sino aumentan el sentido de urgencia de los cambios. Es insostenible el modelo actual que implica trabajar más de 40 horas a la semana y descuidar la vida personal a costa del trabajo.

La forma en que trabajamos no nos hace más productivos, no libera la energía creativa de la mayoría de los trabajadores ni genera un sentido de pertenencia orgullosa a la empresa.

No es necesario insistir en que la forma en que trabajamos tampoco propicia el desarrollo de la vida familiar ni contribuye positivamente a la salud mental de las personas. (Hugo Luna)