A casi seis meses de volver a ocupar el cargo de Secretario General de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez ha decepcionado por los resultados de su gestión.
Habiendo ocupado el mismo cargo en la Administración del Gobernador Alberto Cárdenas Jiménez, y siendo uno de los políticos panistas más experimentados, de Fernando Guzmán se esperaba mucho más de los resultados que está dando.
Uno de los indicios de que sus resultados no han sido los deseables se manifestó en la forma en la que se agravó el conflicto de los límites de Jalisco con Colima, cuyo mal manejo distanció a los gobiernos de ambas entidades y puso en riesgo la tranquilidad de quienes viven en la zona del conflicto.
No obstante que Fernando Guzmán ya había conocido a fondo el tema cuando fue Secretario General de Gobierno, lejos de contribuir a su solución definitiva dejó que las cosas se calentarán hasta que fue necesaria la intervención de Gobierno Federal.
En otro tema en la que ha mostrado menores resultados de los que se esperaban ha sido en la ineficiente relación que guarda con el Congreso del Estado, con el que de plano no ha podido sacar adelante ningún tema importante.
Desinformado, a Fernando Guzmán le reventó el nombramiento de Felipe de Jesús Álvarez Cibrián como presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos cuando el Gobernador Emilio González esperaba que fuera Carlos Manuel Barba el designado por el Congreso. El supuesto acuerdo sobre el tema al que habían llegado el Gobernador y la fracción parlamentaria del PAN, su partido, parece ser que sólo existió en la mente del Ejecutivo.
Además de está sorpresa, a Fernando Guzmán le ha resultado prácticamente imposible acordarle a su jefe, el Gobernador, cualquier tema relevante con el Congreso.
El más reciente tema que el Secretario General de Gobierno se encargó de enredar es el de la propuesta de reformas a la Ley de Transparencia promovida por Emilio González, misma que corre el riesgo de quedar sólo en proyecto.
Es evidente que Fernando Guzmán no tiene bajo sus encomiendas la de coordinar al Gabinete del Gobernador, pero también resulta evidente su escasa aportación cuando la Administración enfrenta crisis políticas y de comunicación.
Es más, ni en el tema que más le importa en su vida política, el de la muerte del Cardenal Jesús Posadas Ocampo, ha sido eficiente. No obstante haber contado ya con dos Gobiernos Federales Panistas, con tres Gobiernos Estatales de su partido y con los recursos económicos suficientes, salidos por cierto de los presupuestos públicos, Guzmán Pérez Peláez ha sido incapaz de hacer que se castigue o por lo menos que se reabra el caso contra aquellos que el Cardenal Juan Sandoval y él creen que fueron los autores intelectuales de la muerte de Posadas.
Con los resultados obtenidos hasta ahora y con las habilidades que hasta hoy ha mostrado, Fernando Guzmán corre el riesgo de acabar clasificado a la altura su antecesor Héctor Pérez Plazola.