Por Gilberto Pérez Castillo

Hasta ahora el Grupo de Emilio González Márquez se ha empeñado en personalizar en Eduardo Rosales Castellanos, el Dirigente Estatal del PAN, el conflicto interno que sostiene realmente con Francisco Ramírez Acuña y Felipe Calderón.

El Gobernador y sus aliados intentan que, al concentrar sus ataques en Eduardo Rosales, no se vea que realmente la pelea de fondo es con el actual Secretario de Gobernación, y más allá, con el propio Presidente Felipe Calderón.

Independientemente de las motivaciones locales y de las diferencias personales, lo cierto es que el conflicto entre los Grupos Panistas de Jalisco no es más que un simple reflejo del que a nivel nacional enfrenta al Grupo del Presidente Felipe Calderón con el de la derecha radical que encabeza el actual Dirigente Nacional del PAN Manuel Espino.

En el ring local Francisco Ramírez Acuña y Eduardo Rosales Castellanos están alineados con Felipe Calderón, mientras que Emilio González Márquez, Herbert Taylor y sus demás aliados están del lado de Manuel Espino.

Pero el gobernador Emilio González Márquez y su Grupo no quieren que en Jalisco los Panistas los identifiquen como enemigos políticos del Secretario de Gobernación y mucho menos del Presidente Felipe Calderón, por lo efectos que esto podría tener en algunos sectores del Estado y en la propia Militancia Panista.

Por eso se han empeñado en personalizar el conflicto en la figura del Dirigente Estatal del Partido, Eduardo Rosales Castellanos.

Pero la saña con la que han tratado al Grupo de Ramírez Acuña en las últimas semanas pronto podría motivar manifestaciones más abiertas del Secretario de Gobernación y de la propia Presidencia de la República en el conflicto con el Grupo de Emilio González.