El gobernador Aristóteles Sandoval, como hacían los priistas de la vieja guardia, cree que si la Presidencia de la República echa a andar una acción, proyecto de gobierno o reforma, él está obligado a replicar lo mismo en el estado.
Porque se cree que así se queda bien con el Presidente.
Si el presidente Enrique Peña toma posesión en el Congreso y luego dirige un mensaje a representantes de la sociedad en otro edificio, Aristóteles Sandoval lo copia; si el presidente se va a despachar a Palacio Nacional, el gobernador jalisciense deja Casa Jalisco y se va a despachar a Palacio de Gobierno; y si Peña Nieto hizo un Pacto por México, Aristóteles quiere ahora un Pacto por Jalisco.
Como si las realidades nacionales fueran idénticas a las de Jalisco, como si las dirigencias estatales de los partidos políticos en el estado estuvieran a la altura de las nacionales, como si hubiera un proyecto mínimo de hacia donde llevar a Jalisco.
Como si Aristóteles fuera Peña Nieto.
El gobierno de Peña Nieto ha tenido éxito en sacar adelante su Pacto por México, pero eso no significa que Aristóteles Sandoval pueda ser también exitoso al intentar aterrizar un Pacto por Jalisco, entre otras, por estas consideraciones.

  1. Uno de las razones del éxito del Pacto por México fue que éste se negoció y cabildeó con los partidos políticos con la mayor discreción, lo que permitió lograr un documento consensuado. En el caso de Jalisco, al hacer pública la convocatoria, se corre el riesgo de que ésta se manoseé, lo que dificultaría arribar a acuerdos serios y sostenibles.
  2. Enrique Peña Nieto y sus operadores han demostrado una y otra vez una gran capacidad para lograr que sus decisiones se concreten, de acuerdo a su proyecto de gobierno. Sin embargo en el caso de Jalisco resulta evidente que ni el gobernador ni sus operadores han mostrado un mínimo de habilidades que haga pensar que serían capaces de llevar a un Pacto por Jalisco a buen puerto.
  3. La clara idea de hacia donde se quiere llevar al país de parte del gobierno de Peña Nieto, y su apertura para adecuar su proyecto a las agendas de las oposiciones -sin perder el rumbo original- permitieron aterrizar la agenda de reformas que integran el Pacto por México. En el caso del gobierno estatal ha quedado claro -desde la transición y durante el mes que lleva la administración- que no existe un proyecto real, claro, entendible del Jalisco que quiere empujar Aristóteles Sandoval, como tampoco hay una agenda seria de los partidos de oposición.
  4. Ni al interior del propio equipo de Aristóteles Sandoval existe consenso a favor de impulsar un Pacto por Jalisco.
De nueva cuenta queda evidente que Aristóteles Sandoval y su equipo de transición desperdiciaron los largos ocho meses que tuvieron entre la elección y el inicio de su administración.

Copiar irreflexiblemente en Jalisco lo que hace el gobierno federal, sin considerar las circunstancias propias en las que actúa cada gobierno, mantendrá al gobierno de Aristóteles Sandoval en el terreno de las ocurrencias.
Jalisco requiere acciones y soluciones diseñadas y razonadas para sus circunstancias, no copiadas de otras condiciones.
La piratería ni en la política es buena.