Por Hugo Luna

A partir de 1998 el servicio ferroviario en nuestro país paso a manos del sector privado, Ferromex (Grupo México y Union Pacific) y TFM (Kansas City Southerm) generando consecuencias negativas para Jalisco y sus regiones. Una de ellas la suspensión del tren de pasajeros, afectando los bolsillos de la gente que hacía uso de este medio de transporte barato, rápido y seguro.

Hoy en día solamente existen dos servicios de esta naturaleza: El Tequila Express, por cierto muy chafa y caro. Otro es el famoso Chepe (ferrocarril Chihuahua-Pacífico), único en su género por el servicio y la vía panorámica que recorre sobre las barrancas del Cobre.

Desde hace ya más de nueves años ambas empresas mantienen rencillas, el país y nuestra localidad pagan las consecuencias de una subutilización de ferrocarril como transporte de carga. Se trata de pugnas entre compañías ferroviarias por los derechos de paso, al grado de no utilizar las vías entre ellas. Es grotesco e insultante.

México tiene apenas 18% del transporte de carga por ferrocarriles, cuando la mayoría de los países del mismo grado de desarrollo lo tienen al doble. Nuestra entidad contribuye con la mitad de ese porcentaje por su ubicación estratégica en el mapa de las rutas ferroviarias.

El secretario de Comunicaciones y Transportes, Luís Téllez, debe meter en cintura a Grupo México (FERROMEX), y a Kansas City Southerm (TFM), para ponerse de acuerdo, de lo contario deben recurrir a la vía legislativa para tener todas las facultades y obligarlas a mantener interconexión entre sus vías.

Resulta que Grupo México, dueño de Ferromex, se enojó con Kansas por haber ido a la Comisión Federal de Competencia a solicitar que no pudiera fusionarse con Ferrosur, lo que, además, era obvio: se conformaba una concentración del mercado.

Kansas también tiene lo suyo. Resulta que ellos, al haber pagado más por su concesión, quieren obligar que el derecho de paso sea más costoso, cuando los derechos de paso deben ser diferenciados según el tramo.

Actualmente no hay interconexión entre las vías de Ferromex, perteneciente al Grupo México, y TFM, de Kansas, y por lo tanto las dos empresas están separando al país llevando a tener un transporte mucho más caro. Y por ende a seguir padeciendo la ausencia del servicio de pasajeros.

Nuestra gente como añoran esos tiempos en viajar a Manzanillo, al Distrito Federal, a Ocotlán o Irapuato. Sólo queda que el Senado de la República actúe a a través de una iniciativa para hacerlas trabajar juntas. Allá ellas si siguen en el absurdo de trabajar separadas y seguir condenando a las regiones al subdesarrollo y a la pobreza. (Hugo Luna)