Por Hugo Luna
Mientras el secretario de Vialidad, Diego Monraz Villaseñor y el resto de las fuerzas políticas locales pelean por la apertura del estadio de las chivas, ya que adolece de la infraestructura básica necesaria para los aficionados que se darán cita el próximo 30 de julio, fecha en que abrirá sus puertas El Vergaradome.
El titular de tránsito predice como “sabio pitonazo” de un conflicto vial de grandes proporciones al no cumplir con algunas medidas básicas como señalamiento, conos de seguridad vial, la apertura de algunas calles suficientes para que puedan entrar rutas del transporte público, el acondicionamiento para los ciclistas o los peatones.
Debates inútiles, porque mientras funcionarios estatales, diputados locales y regidores se ahogan en palabrerías, allá en la avenida Hidalgo 151 sede del gobierno municipal de Zapopan, analizaron bajo el principio de equidad, que no todos los platos rotos los debe de pagar el Corporativo de Omnilife.
Dicho de otra manera. Todos los inversionistas que se instalarán a los largo y ancho de las mil 500 has del predio El Bajío tendrán que hacer sus respectivas aportaciones de acuerdo a los metros cuadrados que hayan adquirido.
Los propietarios del club más popular del país, ya cumplieron con su parte al depositar la cantidad de 40 millones de pesos destinados a la construcción de vialidades.
La mezquindad ha seducido a varios servidores públicos a muchos a traicionar a la gente. Tiempos nublados esperan a la entidad si otra vez se impone la mezquindad de sus gobernantes, la mezquindad que les ha costado perder los municipios de la zona metropolitana y un número considerable de curules en el Congreso local.
La globalización está intensificando la necesidad de las ciudades de ser económicamente competitivas en un mercado global. Es urgente establecer un diálogo efectivo para que los gobiernos sean consistentes en el diseño y la implementación de políticas públicas en desarrollo económico y lo que resulte.
Hoy, ni el Ejecutivo estatal ni el resto de la clase política quieren utilizar esos mecanismos, porque se afectaría su imagen y por supuesto en algunos casos hasta sus bolsillos.