Estoy seguro que si se hicieran públicas las agendas de quienes nos gobiernan y tienen bajo su responsabilidad garantizarle la seguridad a la gente, nos  enojaría saber que un porcentaje muy bajo de las horas laborales de nuestros gobernantes se dedica a éste que es el problema más importante de la sociedad.
Eventos protocolarios que sólo sirven para la foto, múltiples reuniones de relaciones públicas -la mayoría poco productivas-, actividades partidistas y muchas horas dedicadas a la grilla acaparan las agendas de quienes deberían dedicar la mayor parte de su día al problema más importante en la actualidad.
La mayoría de quienes nos gobiernan creen que sólo con discursos y con frases como “no permitiremos…”, “se aplicará todo el peso de la ley…”, “garantizaremos la seguridad…”, la inseguridad se abatirá.
Sin trabajo dedicado y constante de quienes tienen bajo su responsabilidad darle seguridad a la gente, difícilmente la inseguridad se revertirá.
Claro que dedicarle tiempo, recursos y atención a combatir la inseguridad no da el glamour ni los reflectores que normalmente los políticos andan buscando.
Pero no están ahí para lucirse, sino para trabajar y resolver los problemas de la gente, no los asuntos que ellos creen prioritarios.