¿Qué han ganado los gobernadores que integran la Alianza Federalista frente al gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador?

Hasta el momento, nada…. salvo espacio en los medios de comunicación.

Y sí, en cambio, con su postura y salida de la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago), lo que han logrado es aislar a las entidades que gobiernan, dejarlas fuera de las decisiones del gobierno lópezobradorista e, incluso, que sean ignorados no sólo por la Federación sino por el resto de sus colegas mandatarios.

En su pleito con el presidente López Obrador, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez se ha quejado de que su gobierno no es atendido en la esfera federal por los funcionarios del gabinete, y quizás mucho menos ahora que sus aliados en el gobierno, Alfonso Durazo y Alfonso Romo, dejaron de perteneces al primer círculo lópezobradorista.

Ayer, desde Tamaulipas, se quejó que ya ni el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, le toma las llamadas.

La Alianza Federalista se integró en su lucha por un mejor reparto de las participaciones federales, para que el gobierno federal sea más equitativo en el envío de recursos económicos frente a lo que estos estados aportan a la federación. En su momento, amenazaron con romper con el Pacto Federal, luego recularon y matizaron diciendo que pedían una revisión del Pacto Fiscal del que, ese sí, podrían salir, pero López Obrador les ha dicho solamente: si quieren más recursos, presenten una iniciativa para modificar la ley. De ahí no se ha movido.

Ante este fracaso, los gobernadores aliancistas pidieron el auxilio de quien desdeñaron: la Conago. Le solicitaron se sumara a su petición de exigir una reforma al pacto fiscal, pero ni el presidente ni ninguno de los gobernadores de la Confederación tomaron nota de recibido ni respondieron a la petición de los diez mandatarios.

Ahora que el problema de la pandemia se ha agudizado en el país y del cual no están exentos los estados aliancistas, los mandatarios advirtieron que ellos buscarían adquirir por sus medios las vacunas contra el Covid, pero ante la decisión del gobierno federal de no autorizarlo, le pidieron a López Obrador, a través de una carta, claridad en la información sobre el tema de las vacunas, una reunión con el Consejo General de Salubridad y sean tomados en cuenta en el diseño de la estrategia para la distribución y aplicación de la vacuna.

En su carta a López Obrador, los aliancistas le reprochan que “la vacuna es un tema que no admite descalificaciones y, mucho menos, el vano y simplista recursos a la ‘politiquería’ con el que usted responde a la genuina preocupación social, Nadie pretende politizar la enfermedad y mucho menos su cura (…). No se vale sacar tajada de la angustia y la desesperación de las personas…”.

Hoy en la rueda de prensa “mañanera”, desde Sonora, López Obrador, de entrada, identificó a los aliancistas como “los gobernadores que están contra nosotros”, identificación que no deja de ser preocupante o de llamar la atención, porque reconfirma lo que señalé en una entrega anterior: para López Obrador, ya no hay “diferencias” con los gobernadores como Enrique Alfaro o Javier Corral, de Chihuahua, sino que son los mandatarios que están en su contra. Y eso, por supuesto, tiene un costo que deberán de pagar.

Y luego les respondió: “La vacunación no se puede utilizar con propósitos electorales, sería ruin, una mezquindad, y por eso no queremos polemizar en este tema. Lo que puedo decirle a los ciudadanos de Jalisco -precisó el estado-, de Chihuahua, donde los gobernadores están contra nosotros, que vamos a actuar de manera responsable y no le va a faltar a ninguna persona de México la vacuna; que en la medida que se tengan, se le pondrá a todos de acuerdo a un protocolo (…). Decirle a la gente que confíe en nosotros; no actuaremos de manera facciona, como jefes de grupo, de facción o partidos sino como jefes de Estado…”.

En estos momentos, cuando aún no ha llegado la vacuna contra el coronavirus a México, podrá decirse todo lo que se quiera al respecto, pero lo que sí es un hecho es que el presidente de la República considera ya a los gobernadores que integran la Alianza Federalista -Enrique Alfaro, entre ellos-, como sus enemigos, como “los gobernadores que están contra nosotros”.

Nótese, ya no se dirige a ellos como los “aliancistas”, como los llamaba anteriormente, ahora, y por segunda ocasión, los identifica como “los gobernadores que están contra nosotros”.

En este tenor, ¿qué podemos esperar que venga después?

Y es que los gobernadores aliancistas están solos y están aislando a sus estados. Como bloque, el gobierno federal los ignora; como grupo, ningún integrante del gabinete lópezobradorista los atiende, ni siquiera la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez; como asociación contraria, la Conago ni los ve ni los escucha.

¿A dónde, pues, llevan Enrique Alfaro a Jalisco y demás gobernadores aliancistas a sus estados, en este enfrentamiento con López Obrador, en una guerra en la que de antemano sabemos que difícilmente obtendrán algún beneficio para su gobernados, sino que es todo lo contrario?

En resumen: los aliancistas están solos y aislados.