Desde aquella “mañanera” del cinco de julio del año pasado debió de haberle quedado claro al senador Ricardo Monreal -como le quedó claro a todos los demás-, que no está en el ánimo presidencial para el 2024. Al menos no para estar en la lista de presidenciables por Morena como sí lo están, en primer lugar, Claudia Sheinbaum, y más rezagado Marcelo Ebrard.

En aquella “mañanera”, López Obrador declaró que si bien ya no existe el famoso “tapado”, sería del “flanco progresista liberal” de donde saldría el candidato de Morena que buscará sucederlo en el cargo, y mencionó a Sheinbaum y a Ebrard, pero también a Juan Ramón de la Fuente, a Esteban Moctezuma a Rocío Nahle y a Tatiana Clouthier…, pero no a Monreal.

El coordinador de los senadores de Morena argumentó que esa omisión de su nombre en la lista lópezobradorista fue porque el presidente era respetuoso de la división de Poderes y él, siendo parte del Legislativo, no tenía por qué ser mencionado. Obviamente nadie le creyó.

Han transcurrido ya diez meses de aquel episodio y es fecha de que ni el presidente López Obrador ni Morena, a través de su dirigente nacional, Mario Delgado, han considerado a Monreal como un prospecto a ser su candidato presidencial; por el contrario, el senador ha sido víctima indirecta de “golpes” certeros dados desde el interior de su partido y, particularmente, del ala radical que al parecer encabeza la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Son rencillas, sin duda, entre facciones, pero con el ex gobernador de Zacatecas como primer “blanco”.

El primer “golpe” se lo asestó desde Veracruz el gobernador de aquella entidad, Cuitláhuac García Jiménez, al detener y mantener tras las rejas, pese a haber obtenido un fallo judicial a su favor, a quien fungía como su secretario técnico en la Junta de Coordinación Política en el Senado, José Manuel del Río Virgen -hombre cercano y operador al y del dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado-, acusado de haber participado en el homicidio de un candidato a presidente municipal de MC en aquella entidad.

Propios y extraños entendieron que dicho arresto era un “golpe” contra Monreal.

El segundo “golpe” se lo dio ahora la Fiscalía de la Ciudad de México, luego de que la Secretaría de Seguridad Ciudadana presentó una denuncia en contra de la alcaldesa de la Cuauthémoc, Sandra Cuevas, por robo, abuso de autoridad y discriminación en contra de dos elementos de seguridad. Un juez de control ordenó la separación temporal de Cuevas del cargo al frente del territorio que en su momento gobernó Monreal y a quien se acusa de haber operado a favor de la perredista para que ganara la elección el año pasado. Tanto Cuevas como Monreal han confesado abiertamente su amistad, y por ello consideran que la arremetida en contra de la alcaldesa suspendida no es sino una persecución política de Sheinbaum contra ambos.

Recientemente, un grupo de legisladores pidió expulsar de Morena a Monreal acusándolo de traición, pero todo quedó en eso: en mera petición, por el momento.

Ahora generó sorpresa y levantó una serie de especulaciones su ausencia en la inauguración del aeropuerto “Felipe Ángeles”. Ayer en una entrevista radiofónica, explicó que recibieron en el Senado sólo una veintena de invitaciones y que prefirió que asistieran otros senadores y él no. Por supuesto tampoco es muy creíble este argumento.

No hay duda alguna que la arremetida contra Monreal viene de los radicales de Morena, pero no vemos a los moderados o a alguien más dentro del partido o del gabinete saliendo en su defensa. Vamos, ni siquiera a otros senadores de su partido. Al parecer lo han dejado sólo, quizás en la interpretación de que los “golpes” en su contra cuentan con el visto bueno de Palacio Nacional y, por tanto, no quieren contradecir las decisiones de quien es su inquilino.

¿Hasta dónde quieren orillar a Monreal en Palacio Nacional? Él insiste públicamente que no ve la mano presidencial detrás de los “golpes” en su contra, aunque sabe que al menos son tolerados. ¿Estarán forzando su renuncia al partido? Ya ha dicho una y mil veces que no lo hará y que, incluso, apuesta que será su candidato a la presidencia. Por supuesto muy pocos lo creen. ¿Estará presionando para convertirse en el candidato de Morena al gobierno del Distrito Federal en el 2024? ¿Buscará negociar esa posibilidad?

Hay muchas interrogantes abiertas en torno a Ricardo Monreal y su realidad dentro de Morena, pero de lo que no hay duda es que, como viejo zorro de la política, buscará obtener una ganancia a como dé lugar. Y su aspiración a la capital del país, quizás la obtenga de la mano de otro partido político, el de su amigo Dante: Movimiento Ciudadano.

Podría ser…