¿Habrá tanta torpeza en el PRI como para realizar un “salto mortal” y realizar el relevo de la dirigencia estatal a pocas horas de que arranquen las campañas electorales a gobernador, senadores, diputados federales y locales y presidentes municipales?
En lo que se ha convertido en una competencia entre periodistas por ver quién difunde primero cualquier rumor o “fake news” que se sube a redes sociales, pretendiendo demostrar ser los mejor informados o tener la patente de revelar “exclusivas” que a la postre tienen que desmentir y endilgarles a otros la responsabilidad de lo que difundieron, ayer corrió la versión de la presunta salida de Héctor Pizano Ramos de la presidencia del comité estatal priista, sin presentar argumentos o elementos que dieran certeza a dicho rumor.
El propio partido tuvo que emitir ayer un comunicado a través del cual negaron dichos rumores: “En el PRI Jalisco desmentimos las versiones sobre cambios en la estructura del partido en el Estado. no existe intención o instrucción alguna del Comité Ejecutivo Nacional del PRI para realizar modificaciones en el organigrama que corroboren la información que circula en redes sociales…”.
Pero hubo quienes aseguraron que Pizano sería relevado por el ex coordinador de delegados de la Sagarpa y ex alcalde de Guadalajara, Ramiro Hernández García, mientras que otros mencionaron como prospectos al secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Netzahualcóyotl Ornelas, o al ex secretario de Educación, Francisco Ayón López.
Por supuesto que en el PRI todo puede suceder y de sus dirigentes todo se puede esperar -como también de cualquier otro partido-, pero a éstas alturas del juego la pregunta obligada que cualquiera se puede y debe hacer es: Enrique Ochoa, dirigente nacional del PRI; José Antonio Meade, candidato a la presidencia de la República; Miguel Castro Reynoso, candidato a la gubernatura; y Jorge Aristóteles Sandoval, gobernador y el primer priista del estado, ¿están dispuestos a correr el riesgo de renovar la dirigencia del comité estatal, tanto como quien está a un paso del precipicio detenido sólo por un alfiler y él mismo pretende retirarlo?
Un relevo de Pizano Ramos de la presidencia del partido -y por ende del equipo que con él colabora-, en estos momentos cuando se está a cuatro días del arranque de campaña a la presidencia y a la gubernatura, sería tanto como creer que quien lo relevará en el cargo tiene la “varita mágica” para colocar a Miguel Castro por encima de Enrique Alfaro en la preferencia ciudadana y llevarlo a la victoria.
Ni Ramiro Hernández ni Francisco Ayón y ni Netza Ornelas están en condiciones de encabezar desde el partido una disputa electoral con garantía de éxito sin el trabajo previo que significa “amarres”, estrategias y coordinación, entre otros factores obligados para ser competitivos en una contienda electoral.
Claro que tampoco nos sorprendería un relevo en la dirigencia priista al cuarto para las doce si tomamos en cuenta el “canibalismo” que han emprendido algunos actores del PRI Jalisco que, como ya lo advertí en una entrega anterior, lo que buscan es quedarse con el partido como botín para administrar la derrota. Y si ese cambio se concreta, sería entonces porque así lo avaló no sólo el primer priista del estado sino el propio candidato a la gubernatura. Y si es así, entonces Miguel Castro debería de demostrar respeto para los electores y retirarse de la contienda para no derrochar el millonario financiamiento público que se gastará en la campaña. O cuando menos debería de demostrar ese respeto con una campaña bastante austera.
Si criticamos a Ricardo Anaya por venir y hundir más al panismo jalisciense y al Grupo Universidad por prácticamente desaparecer del estado al PRD al apostarle todo al candidato del Partido Movimiento Ciudadano, no podemos sino criticar de la misma manera a la cúpula priista -incluido el primer priista del estado y al candidato a la gubernatura- por darle por adelantado los “santos óleos” a su partido y dejarle el camino libre a quien hoy encabeza las preferencias ciudadanas, si llegase a concretarse lo que hoy es un rumor.
Pero pronto sabremos a qué están jugando en el PRI, y entonces confirmaremos si realmente quieren ser competitivos o solamente jugarán a ser el “patiño” de quien mantiene la ventaja para ser el nuevo huésped de Casa Jalisco.
Al tiempo.