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Alfonso Javier Márquez

No puede el gobernador, ni su equipo de genios estrategas, contener el análisis del manejo de la información respecto de la emergencia sanitaria por la Influenza Humana. Tampoco pueden evitar que la gente piense lo que piensa respecto del asunto, ni mucho menos culpar a los medios de comunicación de sus errores en el manejo de las crisis.

No es la primera vez que el mandatario comete errores en el manejo de la información ante la opinión pública  por eso hoy nadie confía en lo que dice cuando se trata de asuntos delicados. Lamentablemente en esta ocasión no estaba por medio ni un puño de millones de pesos, ni el respeto a la ley, como ha ocurrido en otras ocasiones, ahora lo que estaba en juego eran vidas humanas que podrían haber resultado contagiadas por el virus AN1H1 que puede llegar a causar la muerte.

Es posible que Emilio González no haya mentido o por lo menos que no lo haya hecho voluntariamente ante la ineficiencia de la federación para diagnosticar rápido y oportunamente la enfermedad. Pero los antecedentes, una historia política que desde: una vez que dijo, y ante notario público, que se quedaría en el puesto de presidente municipal de Guadalajara los tres años que dura y lo dejó a los dos años hasta que dijo que construía oficinas en Casa Jalisco, cuando en realidad construía unas canchas de squash.

El gobernador simplemente está cosechando lo que sembró en los dos años previos de escándalos y mentadas de madre. No puede achacarle a los medios de comunicación su mala imagen; es un error igual de grave que el de echarle la culpa al cartero por lo que diga la carta recibida.

Si la gente que lo rodea y asesora tuviera tantita sensibilidad le diría que está entrando de nueva cuenta a una zona de riesgo en el enfrentamiento con los reporteros y periodistas. Aunque tal vez puedan callar a los medios, a la gente no la pueden callar y mucho menos convencer. No por esa vía.

El tema de la influenza se le salió de nueva cuenta al mandatario. Mientras el país asumía medidas severas, aquí nos relajábamos, lo que llevó a que mientras el país se relajaba aquí elevábamos la alerta sanitaria. Esto tuvo un impacto social severo y en lo económico dejó graves consecuencias.

Hasta hoy el gobernador no le ha podido explicar a los jaliscienses el mello de lo que no supo informar en su momento y ante esa incapacidad, sigue intentado culpar a otros.

El asunto de la influenza es un tema serio que requiere de eso, seriedad, y evitar politizarlo. Lo mas extraño es que es el propio gobernador el que lo ha politizado mencionando a los candidatos como autores de la desinformación, lo que no está muy alejado de la realidad. Solo le falta la precisión de que son políticos de su propio partido los que han mencionado el asunto como un error en el manejo de la información sobre la pandemia.