Por Julio César Hernández

Hace exactamente una semana la mayoría de los regidores de Tonalá decidieron desconocer a Salvador González del Toro como presidente sustituto y designaron en su lugar a Emmanuel Agustín Ordoñez Hernández, a quien el sábado pasado le dieron el carácter de interino, con lo que se rectificó el error cometido el 21 de diciembre y el pasado 26 de febrero.

Mucho se ha discutido sobre si el relevo de González del Toro por Ordoñez Hernández fue legal o no, pero sólo hay que aclarar que el primero fue electo como alcalde sustituto erróneamente, pues lo que se tenía que designar era un alcalde interino.

Al enmendar ese error, el sábado pasado la mayoría de los mismos regidores decidió ya no ratificar a González del Toro como interino sino a Agustín Ordoñez, con lo que habría desaparecido cualquier irregularidad.

O sea que, de entrada, Salvador González del Toro estaba actuando como alcalde sustituto y eso no tiene ninguna validez, por lo que los regidores estaban obligados a reponer el procedimiento.

Sin embargo, a lo que no estaban obligados era a ratificar a González del Toro como alcalde interino, de ahí que haber designado a Agustín Ordoñez con este carácter, habrían sorteado cualquier irregularidad.

Pero resulta que alguien le ha “calentado” la cabeza al ahora regidor González del Toro para que despotrique en contra de sus compañeros y reclame un cargo al que no tiene derecho.

Dicen que las manos (porque son varias) que “mecen la cuna” en Tonalá están en Casa Jalisco y en Palacio de Gobierno, versión que es reforzada con la declaración que hizo el fin de semana pasada el regidor Isaías Basulto Lemus, al pedirle al gobernador Emilio González Márquez de que “en beneficio de los tonaltecas ponga en paz a sus muchachos, que lo único que hacen es buscar beneficiarse a costa del Ayuntamiento de Tonalá”.

Inclusive, acusa también a Mario Reyna, Carlos Marroquín y Guillermo Mendoza de ser quienes manipulan a González del Toro y quienes “estaban tomando el control del gobierno municipal con su consentimiento”.

Llama la atención también que ha pasado ya una semana desde su desconocimiento y Salvador González del Toro no ha hecho efectivas las denuncias que amenazó iba a interponer en contra de varios regidores de su partido por presunto desvío de recursos públicos.

Una de esas denuncias iba a ser precisamente en contra de Basalto Lemus.

En lugar de hacer las denuncias prometidas, González del Toro sacó el escritorio de su oficina y lo colocó hoy en el ingreso principal del Palacio Municipal donde atendió a algunos ciudadanos, según él, en su carácter de “Presidente Legítimo”.

¿Por qué si tiene pruebas, González del Toro no ha presentado las denuncias penales respectivas por las irregularidades que dice encontró a su llegada a la alcaldía?

Quizás esa sería su mejor aportación a Tonalá y los tonaltecas le quedarían agradecidos para siempre, más que si los hubiese gobernado, y menos si lo iba a hacer como lo hizo en los dos meses que estuvo al frente del Ayuntamiento.