En mi entrega del martes pasado -“El otro Alfaro…”-, referí la diferencia entre aquel gobernador “peleonero”, del discurso de confrontación, que se enfrentaba retadoramente al presidente de la República, a su gabinete y al gobierno federal con el que ahora decidió guardar en el archivo toda esa actitud que le costó que por cuatro años Jalisco no recibiera un apoyo extra por parte del lópezobradorismo más allá de lo que por ley correspondía. Ese cambio de actitud le ganó que López Obrador le entregara por escrito y con su firma el compromiso de apoyarlo con dos mil millones de pesos para la Línea 4 del Tren Ligero y 5 mil 900 millones más para concluir la presa El Zapotillo… nada más.

Sin embargo, enfrente tenemos al López Obrador de siempre ante el alfarismo. El que promete apoyar y ayudar, pero no dice cuándo; aquel que le da “palmaditas” de apoyo al gobernador, pero con su indiferencia y falta de apoyo económico o con obras le recuerda que “perdono, pero no olvido”; el que le habla a la gente, pero ignora al gobernante del partido opositor; el que una y otra vez reitera que no tiene ningún problema con los gobernantes de oposición que han osado enfrentársele, ya sea de manera individual o en grupo, como la Alianza Federalista, pero que simplemente los tiene en su lista de espera, sin soltarles recursos…

Sí, es el mismo López Obrador de siempre… ante el alfarismo.

Y las pruebas ahí están. De todas las obras de infraestructura prioritarias que Enrique Alfaro tenía enlistadas desde el momento en que asumió la gubernatura para llevarlas a cabo, y para las que recibió la promesa y el compromiso del presidente de la República de que le otorgaría los recursos necesarios para concretarlas, hasta cuatro años después tiene sólo por escrito el apoyo económico para dos de ellas: una, la presa El Zapotillo, que, reitero, es más un compromiso de López Obrador que del gobernador; dos, la Línea 4 del Tren Ligero, obra que Andrés Manuel obligó que fuera modificada porque únicamente le daría dos mil millones del costo total que ahora será de 9 mil millones de pesos.

Las demás obras… quedarán para mejor ocasión.

Pero si aún hubiera dudas sobre quién es López Obrador, sepamos que no está en su agenda venir este fin de semana a Jalisco para arrancar las obras de esa Línea 4 que ahora los morenistas se han encargado de agregarle la famosa “T” para identificarla como “Línea 4T” del Tren Ligero. Es una obra que para él no significa nada ni tampoco considera que sea un compromiso que haya asumido con la población jalisciense que se beneficiará de ella.

No está dispuesto, al parecer, a hacerle “el caldo gordo” al gobernador.

Ah, pero una cosa más: no hay información oficial de que el gobierno del Estado ya recibió el total o parte de los 2 mil millones de pesos prometidos para esta Línea 4. Solamente está en el papel…

Y es que si mal no recuerdo, los recursos para la conclusión de la presa El Zapotillo no llegarán a las arcas estatales, sino que serán destinados directamente a la zona beneficiada.

Por eso y más, López Obrador sigue siendo el mismo… ante el alfarismo.