La invitación que la semana pasada hizo el rector general de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, a la comunidad universitaria para llevar a cabo el jueves 26 “la marcha más grande en la historia de Jalisco”, encendió las alarmas en Casa Jalisco y en la sede estatal del partido Movimiento Ciudadano, donde de manera sorpresiva y con carácter de urgente convocaron este fin de semana a un Consejo Estatal para salir en defensa del gobernador Enrique Alfaro Ramírez, quien para el aspirante a sucederlo, Alberto Esquer Gutiérrez, “todos los días se parte la madre porque le vaya bien a Jalisco”.

Llamó la atención que a este Consejo Estatal -avalado y quizás hasta auspiciado desde Casa Jalisco- no asistieron los presidentes municipales de Guadalajara y Zapopan, Jesús Pablo Lemus Navarro y Juan José Frangie Saade, quienes además de no estar obligados a estar presentes porque no son militantes de ese partido -y jamás lo serán, según palabras del propio Lemus-, no ocultan la estrecha relación que tienen con el líder político del Grupo Universidad, el exrector Raúl Padilla López, con quien prácticamente llegaron del brazo a asumir su cargo y en contra de quien el Mandatario estatal ha dirigido todas sus baterías.

Su ausencia, por supuesto, los exime de las decisiones que ahí se tomaron y de las posturas asumidas por quienes hicieron uso de la palabra y por quienes las aprobaron. En una palabra, ambos “pintaron su raya”.

De acuerdo a los viejos de la comarca, en el sexenio de Emilio González Márquez la Universidad de Guadalajara llevó a cabo una marcha-manifestación que concentró a 90 mil asistentes, por lo que con ese antecedente podemos darnos una idea de la cantidad de manifestantes que tendrá que sumar ahora en lo que se le llama “la marcha más grande en la historia de Jalisco”; o sea, Villanueva Lomelí tiene el reto de reunir a más de 90 mil asistentes. Esta cantidad o menos, sería entonces un fracaso.

¿Podemos imaginarnos, entonces, el impacto que tendrá a nivel nacional, y quizás internacional, si logran reunir a casi 100 mil asistentes o más? ¿Nos imaginamos una escena así, aderezada de un discurso que sin lugar a dudas será duro, fuerte y directo en contra del gobierno del Estado y de su titular?

Esta marcha-manifestación, por supuesto, no llega en un buen momento para el gobernador Alfaro, quien arrastra desde hace meses la posición de estar entre los cinco gobernadores peor evaluados del país y enfrenta una serie de agudos problemas de inseguridad pública en el estado que ha costado vidas a civiles y elementos de seguridad, particularmente con lo sucedido en Mazamitla y sus alrededores, y en algunas zonas de Los Altos, amén de que su gobierno ha sido incapaz de frenar las desapariciones y atender la demanda de los familiares que reclaman su atención, además de que el estado sigue siendo tierra “fértil” en la aparición de fosas clandestinas.

El anuncio de realizar “la marcha más grande en la historia de Jalisco” ha preocupado en demasía y llevado a asumir posturas como las del secretario de Asistencia Social, Esquer Gutiérrez, quien irresponsablemente recriminó que los presidentes municipales de Movimiento Ciudadano sostengan encuentros -aún y cuando se trate de asuntos de carácter institucional-, con funcionarios de la UdeG y directores de preparatorias udegeístas, cuando éstos han osado asistir a las marchas que se llevan a cabo con rumbo a Casa Jalisco para exigir se les regresen los 140 millones de pesos reasignados.

“Ya van cerca de cien manifestaciones que se hacen en la casa de todos los jaliscienses, en la casa del gobernador y de su familia (…)”, dijo, Y luego, sin pudor alguno y sin maquillaje, dejó en evidencia que para él primero están sus intereses partidistas y de grupo, antes que el bienestar de los jaliscienses a quienes están obligados a servir. Recriminó a sus compañeros de la siguiente manera:

“No hemos dado la batalla hasta el día de hoy. Mientras que se manifiestan en la casa de todos los jaliscienses, nosotros seguimos participando con los líderes de la Universidad de Guadalajara; mientras que una y otra vez denigran a nuestro movimiento, a nuestra organización, a nuestro gobierno, nosotros seguimos invitando a los presidium a los que se manifiestan en Casa Jalisco. Y los presidentes municipales seguimos haciendo trabajo con los directores de las prepas, que día a día los directores de las prepas vienen a Casa Jalisco a manifestarse…”.

Y luego confesó cuál, para él, debe de ser la prioridad de los emeceuístas:

“Es el último llamado que nos hace el presidente de nuestro partido a cerrar filas al proyecto de todos nosotros, y el proyecto de todos nosotros tiene que ver con que le vaya bien a nuestro municipio, a nuestros diputados, a nuestros presidentes….”.

En una palabra: El proyecto es que le vaya bien a los gobernantes -Ejecutivo y Legislativo- de Movimiento Ciudadano, no a los jaliscienses.

No hay duda pues, que la llamada “marcha más grande en la historia de Jalisco” ha puesto nerviosos a Movimiento Ciudadano y a su burocracia -como ellos mismos le llaman a la de los otros partidos-, y esto los ha llevado al extremo, incluso, de proponer romper toda relación institucional -aún y cuando ello vaya en detrimento de los propios jaliscienses- con la Universidad de Guadalajara y sus directivos.

¿Qué sucederá en los próximos días antes del jueves venidero? Lo desglosaremos en las siguientes entregas, incluso lo dicho en ese sorpresivo Consejo Estatal de MC donde hubo varios mensajes “entre líneas” para los presentes… y los ausentes.