Gustavo Macías Zambrano, presidente estatal del PAN, comentó que con miras a la renovación de la dirigencia panista se trabajaba en torno a sacar a un candidato único o de “unidad”. Por supuesto que no dibujó el perfil que debe tener su sucesor, pero conocidos los nombres de quienes han manifestado su deseo por tomar las riendas de un partido que enfrenta el peor momento de su historia en Jalisco, vale hacer un recorrido de nombres y apellidos para proyectar quién puede unir en su entorno a las diversas corrientes internas.
De entrada, éstas últimas las podemos referir de la siguiente manera: 1. La integrada por el grupo del actual Comité Estatal, al que se le identifica aún como “rosalista”, en referencia al ex dirigente y ex panista Eduardo Rosales Castellanos. 2. La compuesta por un grupo que podríamos denominar “ramirista”, y que es la que se liga al ex gobernador Francisco Ramírez Acuña. 3. La que encabeza el senador José María Martínez y que podríamos ubicar como los “chemistas”. Y el 4. El que presiden los hermanos Cortés Berumen, Hernán e Isaías, al que llamaremos el de los “cortecistas”.
Hay otro grupo quizás más pequeño y con menos fuerza, que es el que podemos identificar como el de los “madrigalistas” y que encabezan los hermanos Madrigal Díaz, César y Alejandro.
Identificadas y ubicadas estas corrientes, ya sabemos que los “rosalistas” impulsan la candidatura del diputado electo local Felipe Romo; que los “ramiristas” promueven al ex diputado y ex subsecretario federal de Educación, Miguel Ángel Martínez Espinoza; que los “chemistas” alientan las aspiraciones de Faviola Martínez Martínez, hermana del Senador; que los “cortecistas”  no tienen un candidato qué promover, pero que pueden negociar a favor de cualquiera de los dos anteriores; y que los “madrigalistas” tiene como candidato a César Madrigal.
Por ahí alguien mencionó al regidor tapatío Sergio Tabares, pero ignoro quién esté o quiénes están detras de esa posible aspiración.
Pero si como dice Gustavo Macías ya se trabaja en torno a sacar un candidato único, ¿quién de todos los anteriores arriba mencionados podría sumar la voluntad y apoyo de todas estas corrientes, ya sea por unanimidad o por mayoría? ¿Quién tiene las mejores “cartas-credenciales” entre los panistas para ganarse el apoyo mayoritario y quién abre las mejores expecativas de sacar al PAN del hoyo en el que se encuentra luego de las elecciones del pasado siete de junio?
En teoría, podría apuntar que quien lleva ventaja en esta carrera por la dirigencia estatal es Miguel Ángel Martínez Espinoza, si de trayectoria pública y partidista se trata, sin desconocer que en ello tiene claroscuros. Luego le seguiría Felipe Romo por los antecedentes familiares que me refieren de su panismo, pues tanto su padre como su abuelo fueron fundadores del PAN y destacados militantes en su tierra natal, Encarnación de Díaz.
Hasta donde se sabe, uno de los problemas que enfrentan cada una de estas corrientes es que se necesitan todas, unas a las otras, porque ninguna cuenta con la mayoría necesaria para sacar adelante a su candidato ni aún yendo en alianza con otra más, pues el resto en conjunto también tienen un importante peso.
De esta manera habría que reconocer que la decisión final, si de sacar un candidato único se trata, se estará definiendo entonces entre Miguel Ángel Martínez Espinoza y el diputado Felipe Romo.  Al tiempo.