El 16 de junio pasado en una entrevista con René Delgado para el Grupo Reforma, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez aseguró muy convencido: “No tengo aspiraciones políticas, no tengo aspiraciones presidenciales ni interés de ser candidato a nada…”.

Casi cuatro meses después, Alfaro Ramírez matizó aquella confesión: “Pero la vida te lleva por caminos que no tienes planeados (…), te lleva por lugares que uno no busca”.

Ahora como integrante y considerado el líder del grupo de gobernadores que conforman la autodenominada Alianza Federalista, Enrique Alfaro abrió públicamente la “rendija” a una aspiración que se empeña en negar, aunque la realidad es que la mantenía guardada. Aquí en Marcatextos, reiteradamente hemos sostenido que el gobernador sí quiere, busca y trabaja para ser candidato presidencial

Desde que ganó la elección de gobernador, Alfaro ha tenido prisa por negar sus aspiraciones presidenciales. Así lo demostró apenas unos días después de la jornada electoral, en julio del 2018, y antes de partir de vacaciones a Rusia cuando en rueda de prensa dijo abiertamente:

“La primera conclusión es que con esta elección acabo de enfrentar la última elección de mi vida. No voy a buscar ningún cargo de elección popular después de ser gobernador de Jalisco.Y eso no es un anuncio electoral, es un anuncio de gobierno”, aseguró en aquella ocasión. (No le creo a Enrique Alfaro; sí buscará ser candidato en 2024 Marcatextos 06/julio/2018).

En aquella ocasión apunté que el anuncio que hacía Alfaro no era para los jaliscienses sino para Andrés Manuel López Obrador y los morenistas.

Pero desde entonces a la fecha, Alfaro siempre negó categóricamente tener esa aspiración.Sin embargo, al parecer consideró que es estratégicamente conveniente ir dando ya señales de sus planes verdaderos: estar en la boleta en 2024, y fue el viernes pasado cuando en una entrevista con El Occidental dio el primer paso y condicionó su negativa a ser aspirante presidencial, lo que no había hecho anteriormente.

“Tengo la convicción de que la última vez que mi nombre apareció en una boleta fue en el 2018. No está en mi plan de vida, no está en mi proyecto personal. Tengo la intención de dedicarme a otras cosas después de mi responsabilidad como gobernador, pero tampoco voy a rehuir a la tarea de tratar de que México tenga un mejor camino (…). No me gustaría ser candidato ni tengo aspiraciones presidenciales y lo que espero es que dentro de cuatro años pueda salir por la puerta grande de Palacio con la frente en alto”, declaró al matutino.

Luego vino, por primera vez, la condicionante, el “pero…”. Lo dijo así:

“Pero la vida siempre te lleva por caminos que no tienes planeados, esa es la realidad, pero no está en mi agenda de prioridades (…). Yo no me siento presidenciable. Lo que creo que es que Jalisco hoy tiene un liderazgo importante en el debate político sobre el futuro de México, y espero poder mantener ese liderazgo sin que eso signifique querer estar en la boleta, pero la vida te lleva por lugares que uno no busca”.

Así de claro el mensaje de Alfaro sobre el 2024: “No quiero, pero…”.

Y dejó otra señal para tomar en cuenta: “No está en mi agenda de prioridades (ser candidato presidencial)…”. Tomen nota: ahora no negó rotundamente que no esté en su agenda, lo está pero no en la de sus “prioridades”. Y hace bien, porque aún está muy lejos el 2024, de ahí que si no está en su “agenda de prioridades” sí está en su agenda “a futuro”, y para lograrlo tiene que cumplir y cubrir, esas sí, otras prioridades que le permitan están en “la jugada” de la sucesión presidencial.

Así, pues, poco a poco el gobernador Enrique Alfaro va dejando “ver su juego”, un juego en el que para ganarlo mucho tendrá que ver quien fuera su aliado en el 2012: el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y quien puede atravesársele en el 2021 o posteriormente.

Al tiempo…