Gilberto Pérez Castillo
Enrique Alfaro Ramírez fue uno de los diputados locales integrantes de la 58 Legislatura del Congreso del Estado, esa que está en el ojo del huracán por los excesos cometidos.
El actual alcalde de Tlajomulco llegó a la diputación por la vía plurinominal, por el PRD. Venía de ser Regidor de oposición del municipio que hoy gobierna (en aquel tiempo como priista).
Enrique Alfaro no es ajeno a los múltiples actos de corrupción ni  a los excesos cometidos en el Congreso con el dinero público. Sabe que la difusión de su participación en aquel saqueo afectará la falsa imagen pública que se ha construido con habilidad.
Por eso le preocupa que el grupo político que controla a la Universidad de Guadalajara y al PRD en Jalisco hayan tronado en contra de Samuel Romero Vale (coordinador legislativo del PRD en dicha legislatura) y estén solicitado formalmente que se haga una auditoría a la legislatura.
Su nueva embestida contra el grupo político que controla a la Universidad de Guadalajara -con el pretexto del retraso en la construcción de un centro universitario- no tiene otro objetivo que el de hacerse la víctima, para poder argumentar una venganza del grupo universitario, a la hora que aparezcan las pruebas de los beneficios indebidos que obtuvo como diputado.