Gilberto Pérez Castillo

Quienes pensaron que Antonio Álvarez Esparza, el dirigente estatal de la organización sindical FROC estaba muerto con el desconocimiento que le hizo el dirigente nacional de la CROC, Isaías González Cueva, hoy se dan cuenta que adelantaron y equivocaron su pronóstico.

Con un simple oficio de la CROC Isaías González les notificó al Gobierno del Estado y al PRI que esa organización obrera nacional desconocía a Álvarez Esparza y reconocía al diputado federal Alfredo Barba Hernández como su representante para todos los efectos legales y políticos.

Pero a Isaías y a Alfredo Barba se les olvidó que en este país hay leyes que se tienen que respetar y que para acreditar la representación de una organización como la CROC y la FROC se deben respetar los estatutos de la misma para que aquella pueda surtir efectos legales.

Si Isaías González y Alfredo Barba quiere quitarlen la representación legal a Antonio Álvarez Esparza primero deben convocar a una asamblea de la FROC que le quite estatutariamente la dirigencia al actual representante y después realizar una elección donde se nombre a un nuevo dirigente.

Pero como saben que no cuentan con la mayoría para hacer este cambio, intentaron sorprender al Gobierno del Estado y al PRI con dos simples oficios que no tienen validez legal.

Y lo único que lograron fue que Álvarez Esparza despertara del letargo en el que se encontraba y rehiciera sus relaciones en los ámbitos gubernamentales, empresariales, sindicales, sociales y partidistas, saliendo fortalecido más que debilitado por los dos oficios que envío Isaías González y que deben estar guardados en los cajones de los destinatarios.