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Gilberto Pérez Castillo
Luego de alcanzar en el 2006 su máximo histórico electoral, el PRD en Jalisco corre el grave riesgo de pasar de la tercera a la cuarta posición en cuanto al número de votos obtenidos.
Varias son las causas que lo ponen en esta condición.
Una. El desgaste que ha tenido el Grupo Universidad, que encabeza Raúl Padilla López, y que ha terminado por cansar a la izquierda que ya no se identifica con el perredismo jalisciense. Dentro del PRD se entiende que Padilla López y sus aliados utilizan la franquicia del PRD únicamente para sus fines particulares, mientras mantienen un pie en el PRI y negocian con el PAN, y no para crear realmente una fuerza de izquierda que sea competitiva.
Por eso muchos izquierdistas y perredistas en el estado dejaron de sentirse identificados con el PRD.
Otra. La alianza electoral que ha hecho la poderosa corriente de Andrés Manuel López Obrador con el PT y el Partido Convergencia está abriendo un hueco enorme en la fuerza electoral perredista en Jalisco. En muchos municipios, la fuerza lopezobradorista está dejando el PRD para pasarse a alguno de los dos partidos que abanderan a los verdaderos candidatos ligados a AMLO.
Una más. La mala experiencia que tuvieron los municipios que ahora gobierna el PRD en Jalisco con las administraciones surgidas de este partido, lo que los pone en riesgo de no repetir, como en Poncitlán y Tapalpa.
Otra más. El bajo perfil de la mayoría de los candidatos que presenta el PRD.
En estas condiciones, no sería una sorpresa que el Partido Nueva Alianza se convierta este cinco de julio en la tercera fuerza electoral del estado, y desplace a los perredistas a la cuarta posición.