Para empezar, alguien escribió en redes sociales que en el debate de ayer sobró un moderador… y un candidato. Estoy de acuerdo…

Pero en términos generales, considero que el encuentro entre Jorge Álvarez Máynez, Xóchitl Gálvez Ruiz y Claudia Sheinbaum Pardo no cambia, por ahora, el escenario que revelaban la mayoría de las encuestas antes del debate: La puntera fue cuidadosa de no cometer errores, no “engancharse” en los “anzuelos” lanzados por sus adversarios; respondió aquellos “golpes” o ataques que consideró que podía hacerlo sin que se le revirtieran y salió airosa. Mantuvo la serenidad, mostró experiencia política y no se alteró ni ante las críticas más severas de sus contrincantes, principalmente la de la coalición Fuerza y Corazón por México. Sí, se mostró muy seria, incluso fría, como se le dijo, pero nunca se le ha conocido de otra manera.

Gálvez Ruiz, por su parte, logró dar algunos buenos “golpes” a su principal adversaria, pero de manera infructuosa porque o no lograba replicar con otro “golpe” o simplemente no recibía respuesta, principalmente en los señalamientos más fuertes como los casos del colegio y del metro. Pero de ahí en más, no fue la Xóchitl que ha sido en campaña: perdió espontaneidad, no le puso “sabor al caldo” con sus ocurrencias o decires; se comportó muy formal -hasta en la vestimenta lo demostró-; su manera de mirar a Sheinbaum enviaba un mensaje que no le era favorable, pues lucía irritada. Y para cerrar, mostrar la bandera mexicana “de cabeza”, dio pie para la crítica.

Quien demostró que está de más en esta contienda fue el candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, quien para lo único que sirvió fue para dar material para los “memes” que abundaron en las redes sociales sobre su persona durante todo el debate, y para confirmar que su participación tiene el propósito de ayudar a Morena, pues poco tocó a Claudia y sí se lanzó contra Xóchitl. Claro, sin contar también que en ocasiones parecía estar fuera de lugar, como cuando ignoró el tema del que se hablaba y evadió responder la pregunta que se le hizo para hacer su presentación personal en el lenguaje de señas. Reitero: Álvarez Máynez simplemente está de más en esta contienda.

Al formato podrá criticársele todo lo que se quiera, porque finalmente fue uno de los peores que se han visto, con un listado de temas de “tutifruti” que no le dio a los participantes el tiempo suficiente para responder de manera amplia y con secuencia, pues se planteaba la pregunta de un tema con poco tiempo para responder, y de ahí se saltaba a otro totalmente diferente. El desorden en el tiempo, aunque fue un problema técnico, hizo ver mal al organizador y generó un problema a los debatientes y moderadores.

Ahora a esperar el segundo debate… y los memes sobre el candidato de “lo nuevo”.

Caer en la discusión sobre quién ganó el debate es por demás inútil, pues resulta que hasta en el “bunker” de Álvarez Máynez sus simpatizantes le regalaron un trofeo por haber sido el ganador. Así de devaluada está dicha medición.