Por Gilberto Pérez Castillo

Eduardo Rosales Castellanos, el Dirigente Estatal del PAN, ha ganado buenas batallas en su guerra política contra el Grupo de Emilio González Márquez, pero también ha cometido graves errores.

Tal vez el más grave de todos fue el de personalizar en Alberto Jiménez, un miembro adherente del PAN y funcionario del Gobierno Estatal de tercer nivel, el pleito que no quiere reconocer que sostiene con Emilio González.

Eduardo Rosales había ya fracasado cuando intentó hacerles creer a los Panistas de Jalisco que su lucha es la de Felipe Calderón y acabó personalizando en él y en el Coordinador de los Diputados Locales del PAN, Jorge Salinas Osorno, el conflicto con el Gobernador Emilio González.

Luego trató de centrar la batalla en Herbert Taylor Arthur, el Coordinador General de Innovación del Gobierno del Estado, pero sus contrapartes fueron más hábiles y se encargaron de regresarle los golpes con una férrea campaña de correos electrónicos donde lo acusaban de obstaculizar el desarrollo del Gobierno del Estado y de chantajear a Emilio González, ofreciéndole apoyo a cambio de compartir la nómina gubernamental.

Agobiado por la tormenta de correos electrónicos, luego de unas vacaciones que no lo tranquilizaron y del desaire del Gobernador a su Comida del Festejo del sábado pasado, Eduardo Rosales enfocó sus corajes contra Alberto Jiménez, a quien acusó de traiciones y de no ser miembro del PAN.

Pero el problema de Eduardo Rosales fue que cometió un error al escoger a su contrincante. Alberto Jiménez es un viejo lobo del mar de la política, un hombre bien informado, con buenos contactos en los Medios de Comunicación, y que no rehuye al debate sino que, por lo contrario, lo busca y lo disfruta.

Además cuenta con el respaldo de quienes encabezan el Gobierno del Estado.

El otro grave problema de Eduardo Rosales es que cada día que pasa se le van acabando los argumentos para sustentar sus diferencias con el Gobierno de Emilio González.

Si no es cierto que está obstaculizando al Gobierno de Emilio por su deseo de recibir una tajada de la Nómina del Gobierno Estatal, entonces Eduardo Rosales está obligado a justificar dentro de su Partido y ante la opinión pública cuáles son las razones de su permanente confrontación con la Administración de González Márquez.