Además del poder que tiene dentro de la Iglesia Católica por ser Cardenal y Arzobispo, Juan Sandoval Íñiguez ejerce un amplio poder político en Jalisco, y lo disfruta.

Al Cardenal le gusta estar rodeado de gente poderosa y más le gusta poder influir en las decisiones de los poderosos. Es más, seguramente estaría más feliz si su influencia en las decisiones de los hombres del Gobierno y de la Política fuera mayor.

Varias son las claves para entender el Poder que ejerce el Cardenal dentro de la clase política local. Veamos varios de ellos.

  • Los cargos que ejerce, Cardenal y Arzobispo de Guadalajara, no están sujetos a períodos ni tiene que someterse a la ratificación en las urnas. Eso le da un amplio margen de maniobra con los políticos, que continuamente tienen que someterse a elecciones o a ratificaciones.

  • Maneja una gran cantidad de recursos económicos, los cuales no están sujetos a las obligaciones de transparencia y rendición de cuentas que sí obliga a los políticos y gobernantes. Salvo al Vaticano, a nadie tiene que rendirle cuentas el Cardenal del dinero que recibe, de su origen y del uso que le da a éste.

  • Aún persiste en México, y por lo tanto en Jalisco, el mito de que la Iglesia Católica, por su carácter de ampliamente mayoritaria, es capaz de hacer ganar o perder a un candidato o a un partido en las elecciones. Por eso, la mayoría de los políticos de todos los partidos buscan quedar bien con el Cardenal y Arzobispo.

  • Por ser frecuentado por muchos gobernantes, políticos, empresarios, líderes sociales y otra gente de poder, el Cardenal es uno de los hombres mejor informados de Jalisco, lo que le confiere otra rebanada de poder.

  • Las opiniones, generalmente negativas en contra de alguien o algo, son atendidas ampliamente por los Medios de Comunicación, lo que lo convierte en un influyente líder de opinión, influencia que trata de ampliar con la publicación del Semanario, órgano de difusión del Arzobispado.

Queda claro, por todo lo anterior, que el Cardenal Juan Sandoval es un hombre con un Poder Político importante. Sin embargo, también conviene hacer algunas ponderaciones de sus alcances, sobre todo en materia electoral, y acerca de su capacidad de influencia real entre la comunidad católica de la diócesis.

Uno. A pesar de los esfuerzos que hacen los políticos de otros partidos, resulta claro que el Cardenal Sandoval se siente mucho más identificado con el PAN y que se siente más a gusto cuando este partido está en el poder.

Hasta ahora no existe ninguna evidencia de que Sandoval Íñiguez haya movido un dedo por algún candidato ajeno a Acción Nacional, a pesar de los engaños en los que han caído algunos abanderados de otros partidos, sobre todo del PRI.

Sin embargo, si existen evidencias de los esfuerzos del Cardenal de tratar de influir, aunque sea de manera velada, a favor del PAN. Los cursos de orientación política que hace cada tres años, en fechas previas a las elecciones, en toda la diócesis tienen como intención llevar a los feligreses a la conclusión de que Acción Nacional es el partido que más se identifica con el catolicismo.

Dos. La supuesta influencia que el Cardenal y la Iglesia tienen sobre la feligresía ha ido en franco deterioro, al grado de quedar reducida a casi un mito.

Sandoval Íñiguez tuvo un severo revés cuando intentó construir la majestuosa Basílica de los Mártires. Su gran proyecto, que debió estar construido para el 2004, tuvo que ser redimensionado y vuelto a lanzar con otra estrategia de financiamiento luego de que fracasaron los intentos del Cardenal para que la feligresía colaborara económicamente para su construcción.

Esa falta de liderazgo también se manifiesta cada semana, cuando la recaudación de las limosnas en los templos no alcanza las expectativas del Arzobispo, quien presiona constantemente a los párrocos para que motiven y presionen a la gente a dar más.

Esa misma presión tienen que ejercer los curas de la diócesis cada semana para lograr las metas de venta del Semanario, órgano oficial del Arzobispado que no ha logrado penetrar entre los católicos.

Tampoco ha logrado recuperar la asistencia a las misas.

Queda claro con estos antecedentes que el liderazgo real del Cardenal y de la Iglesia y s influencia entre los católicos está mermada. Si no es capaz de convencer a los feligreses en asuntos meramente religiosos, cómo podría influir en ellos para que voten por un partido o candidato.

Tres. Es evidente que el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez goza y disfruta de un importante Poder Político en Jalisco.

Seguramente la mayoría de los católicos quisieran ver que el Cardenal y Arzobispo de Guadalajara usara ese poder para avanzar en los temas religiosos y del espíritu más que en los temas del poder meramente terrenal.