Gilberto Pérez Castillo

Los gobiernos federal y estatal saben que meterse en los conflictos políticos internos de la Universidad de Guadalajara es un asunto bastante delicado y peligroso.

Por eso la semana pasada algunos funcionarios del Gobierno del Estado difundieron que Emilio González y su equipo, a pesar de los rumores en contrario que circularon, no estaba interviniendo a favor ni en contra de ninguno de los dos grupos políticos universitarios enfrentados.

Carlos Briseño Torres, quien sugería a quienes lo escuchaban que contaba con apoyos en los gobiernos estatal y federal, nunca pudo contar con una prueba pública palpable de ese supuesto apoyo cuando fue Rector General, y difícilmente contará ahora con una señal en tal sentido.

Por eso es inútil que siga pidiendo que el Gobierno del Estado intervenga en el conflicto universitario ahora que ya fue destituído.

Si cuando fue Rector General, muchos le regatearon a Carlos Briseño Torres cualquier muestra pública de apoyo, con mayor razón se resistirán ahora a mostrar cualquier interés de apoyar su proyecto.