Anteayer lunes el senador Dante Delgado Rannauro le envió su tercera carta pública al presidente Andrés Manuel López Obrador con el siguiente título: “Andrés Manuel, someter la aplicación de la ley a consulta pública es un acto de injusticia, perversión y manipulación”, refiriéndose al caso de los ex presidentes a los que presuntamente se busca enjuiciar.

La postura de Dante sobre este asunto no difiere de la de todos aquellos que han condenado la absurda propuesta presidencial y coincidido en dos cosas: 1. En que “la justicia no se consulta, la justicia se hace valer” y 2. Que es uno más de los muchos distractores que desde las “mañaneras” ha lanzado como parte de su “circo” para desviar la atención de los ciudadanos de temas verdaderamente graves como la crisis económica y de seguridad pública, así como el pésimo manejo de la pandemia.

Pero Delgado Rannauro pone “el dedo en la llaga” de lo que verdaderamente hay detrás de esta propuesta lópezobradoriana y que es en lo que debemos de poner especial atención no sólo para no caer en su juego sino para confiar en que el “blanco” de este “golpe” -la Suprema Corte- no se someterá al yugo presidencial. Escribió Dante:

“Hablemos con la verdad: No estás interesado en que se juzgue a los expresidentes ni en que el pueblo decida, sabes que no habrá consulta porque no es legal ni ético, lo que estás haciendo es preparar un nuevo distractor, un nuevo linchamiento público, esta vez contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

“La consulta que propones llegará a la Suprema Corte que para proteger al Estado de Derecho la declarará improcedente. Al hacer cumplir la ley, la Suprema Corte te dará el pretexto que buscas para responsabilizarla públicamente de que los expresidentes no sean investigados ni juzgados.

“Estás provocando este circo mediático para desgastar un contrapeso. Es lo que has hecho durante toda tu presidencia: Linchamientos mediáticos contra los que no se subordinan (…). Eres plenamente consciente del poder de las palabras y lo aprovechas para condenar a la hoguera a tus adversarios, sin pruebas, sin juicios, pero lo más siniestro de todo es que cada vez que lo haces es para proteger tus intereses (…). Has cumplido la amenaza de “mandar al diablo las instituciones”.

“¿Para qué le sirve a México una Suprema Corte debilitada? ¿(…) un Instituto Electoral desprestigiado? ¿(…) unos organismos autónomos controlados por el Estado? ¿(…) un federalismo disminuido? ¿(…) emprendedores ultrajados y ofendidos? ¿(…) universidades silenciadas? ¿(…) medios de comunicación intimidados? ¿(…) una comunidad cultural de académicos, científicos e intelectuales desacreditada? ¿(…) una sociedad civil hostigada y perseguida?”.

Como muchas voces lo han advertido ya y desde tiempo atrás, este es el juego de López Obrador, y ahora es la Suprema Corte de Justicia a la que ha elegido como su próxima víctima. Podremos no estar de acuerdo en muchas cosas con Dante Delgado, como también quizás aún haya muchas cosas que reprocharle a los Ministros de la Corte, pero no debemos permitir que desde el Ejecutivo se debilite aún más a uno de los Poderes por el que se apuesta sea un verdadero contrapeso.

Y Dante tiene razón: Ahora en la presidencia Andrés Manuel ha cumplido su palabra de “mandar al diablo a las instituciones”. ¿Habrá quién le ponga un alto o continuará exitosamente con su proyecto de Nación para, como le dijo Delgado Rannauro, “proteger tus intereses?

Al tiempo…