Alfonso Javier Márquez

Era de esperarse. Los que hemos andado en campañas, los que se dedican a analizarlas y los que escriben sobre ellas, parecían saber que tarde que temprano llegarían los ataques del Partido Acción Nacional contra los candidatos del PRI; lo que muchos creían era que el tricolor ya había aprendido la lección. Al parecer esto no ocurrió.

 

En los tres procesos electorales previos el PAN se sirvió con la cuchara grande haciendo pedazos a los candidatos del Partido Revolucionario Institucional, metiéndolos a su agenda política al tiempo que los sacaba de sus propuestas, convirtiéndolos en verdaderos villanos cuando al inicio de la competencia los papeles estaban invertidos producto del hartazgo social contra el partido en el gobierno.

 

Si lo que se ve ahorita que recién comenzaron los ataques será la tónica del proceso electoral, Acción Nacional no tendrá ningún problema para quedarse con las posiciones mas importantes de esta contienda electoral, tal y como lo hizo desde hace nueve años, cada tres.

 

No hay ninguna variación en la estrategia que les enseño Ricardo Joaquín Pérez Rodríguez, venezolano radicado en Estados Unidos, actualmente enfermo terminal de cáncer, a los panistas de Jalisco desde hace nueve años. Esta vez, por su condición de salud, el experto en campañas negras no está asesorando la campaña local no obstante en el arranque de los ataques están utilizando exactamente la misma estrategia que utilizaron en 2003 contra Jorge Arana montándolo en una agenda que lo mantuvo ocupado respondiendo una y otra solo preguntas que tenían que ver con el detector de mentiras, con hacerse el antidoping y en que probara públicamente que no tenía malas amistades (delincuentes).

 

Hoy, desde el viernes 26, Jorge Salinas lanzó exactamente el mismo reto a Aristóteles Sandoval; hasta en los mismos términos y palabras. Lo mas curioso del asunto es que el candidato del PRI reaccionó exactamente como Jorge Arana hace seis años contra Emilio González Márquez: evadiendo el tema, respondiendo de manera confusa  que “no me voy a dejar que me impongan la agenda” pero sin decir ni un “si” ni un “no” rotundo con su debida explicación.

 

Desde ese día en escaramuza diferentes actores del PAN, incluyendo al candidato para Guadalajara, Jorge Salinas, en cuanto foro tienen repiten una y otra vez que “hay que dar la cara”, que “el que nada debe nada teme” y que “si tienen la conciencia tranquila hay que someterse a la prueba antidoping y a la prueba del polígrafo”.

 

Y los del PRI con lo mismo: la ambigüedad, la ausencia de una estrategia clara y contundente y que no le deje dudas al electorado. Ante la ausencia de respuesta las dudas crecen y la imagen cae.

 

Es curioso como los priístas cada vez vuelven a repetir lo mismo: “no, eso no se lo cree la gente”; “son patadas de ahogado porque saben que van abajo en las encuestas”, “vas a ver que se les va a revertir” y en la realidad, ni se les revierte, ni van perdiendo y la gente se lo cree y el PRI vuelve a perder. No aprenden la lección.