Aunque mentir es una costumbre en la política, hay políticos que prácticamente hacen de la mentira todo un estilo personal de actuar.

El Gobernador Emilio González Márquez es un político que se ha acostumbrado a mentir, porque sus mentiras le han retribuido políticamente y porque, hasta ahora, ha salido impune de ellas.

Tal vez la joya de la corona de mentiras de Emilio González sea aquella promesa que hizo cuando era candidato a Alcalde de Guadalajara, y a sabiendas que no la cumpliría, de que si ganaba la elección se quedaría los tres años completos de la gestión y no pediría licencia para buscar otro cargo público.

Como se sabe, durante los dos primeros años de su administración Emilio González trabajó sin rubor para alcanzar la candidatura a Gobernador del Estado, no obstante que su promesa de ser Alcalde por tres años completos era una promesa pública y que ésta se había formalizado con su firma ante notario público.

Pero ésta es una de la larga cadena de falsedades que ya caracterizan a Emilio González. Las dos primeras semanas de su gestión como Gobernador Emilio ha mentido de manera sistemática. A pesar de todas las evidencias que lo desmienten negó su injerencia en el nombramiento de su hermano Samuel como Gerente de Saneamiento del Siapa, negó que pretendía convertir a su cuñada María Graciela Guzmán de León en administradora de la Casa Jalisco, negó que se estaba construyendo con dinero público una cancha de Squash en Casa Jalisco, negó que son necesarias reformas legales para crear las nuevas Coordinaciones Generales del Gobierno del Estado y negó su intervención en el ascenso de su cuñado Eduardo Agredano Delgadillo como Director General Administrativo del CODE. Todo esto en tan sólo 15 días.

La cuestión de fondo, independientemente de que se trate o no de una inclinación personal por las mentiras, es que Emilio González Márquez hasta ahora no ha pagado ni sufrido consecuencia negativa alguna por mentir. Tal vez eso lo motiva a seguir tratando de falsear la realidad.

Mentiras Electorales

Acostumbrado a remontar las desventajas, Emilio González Márquez arrancó sus campañas a Presidente Municipal de Guadalajara y a Gobernador del Estado muy por debajo de las intenciones de votos de sus contrincantes priistas.

En la elección de Alcalde del 2003, retó a su contrincante Jorge Arana Arana a firmar un compromiso de que quien ganara la elección se mantendría en el cargo los tres años completos para los que fue electo. Ante la negativa del priista, y a sabiendas de que no habría de cumplir, Emilio González firmó ante notario público su compromiso de ser Alcalde por tres años.

Como se sabe, sin la menor muestra de pena, Emilio emprendió desde el primer día de su administración su precampaña para buscar la candidatura a Gobernador del Estado y se mantuvo en la Alcaldía por menos de dos años.

Siendo ya candidato a Gobernador, Emilio supo enfrentar el reclamo por la promesa incumplida y fundó su nueva estrategia electoral en señalar insistentemente que su contrincante priista Arturo Zamora Jiménez tenía nexos con el narcotráfico, lo que lo convertía en un peligro para los jaliscienses.

Una vez ganada la elección y aceptado el triunfo de Emilio por parte de Arturo Zamora, los nexos del priista con el narcotráfico y el peligro que esto implicaría parecieron extinguirse y hasta una mención de amistad y respeto tuvo González Márquez para el ex candidato del PRI en su discurso de toma de posesión.

Años atrás de estas dos elecciones, Emilio González Márquez ya les había mentido a los panistas, a quienes les prometió no aprovecharse de su cargo de dirigente estatal del PAN para buscar la Alcaldía tapatía. No obstante que fue descubierto manejando una supuesta organización social para apoyo a familias pobres (Jalisco en Acción), que realmente era un intento por crear una estructura electorera en Guadalajara, Emilio rechazó que su intención era preparar el terreno para conseguir la Candidatura a Presidente Municipal que finalmente sí obtuvo.

Mentiras y más mentiras

No obstante que la siguiente lista no agota el total de las falsedades que ha sostenido en los últimos cinco años, éstas serían las mentiras más memorables de Emilio González:

  1. Como Presidente del Comité Directivo Estatal del PAN negó que la asociación Jalisco en Acción, que manejaba en paralelo a la dirigencia panista, tuviera como fines reales la búsqueda de la candidatura a la Alcaldía tapatía. No obstante que el propio PAN le ordenó suspender las actividades de esa asociación sólo hasta que se resolviera la candidatura tapatía, una vez que Emilio alcanzó su objetivo de ganar la Presidencia Municipal, Jalisco en Acción no volvió a ponerse en acción.

  1. Es ya un clásico de la mentira política local la promesa hecha de manera pública y ante notario público, a sabiendas de que no la cumpliría, de que se quedaría los tres años del período si ganaba la elección de Presidente Municipal de Guadalajara.

  1. Como Alcalde de Guadalajara Emilio mintió cuando negó su injerencia para que tres de sus cuñados entrarán a la nómina tapatía en su mandato. Según su versión de la realidad, fueron los titulares de cada dependencia quienes invitaron por iniciativa propia a sus parientes a colaborar, por sus capacidades, y sin avisarle.

  1. También negó que durante su gestión se estaba inflando de manera irresponsable la nómina del Ayuntamiento de Guadalajara. No obstante sus negativas pudo comprobarse que la nómina tapatía era en realidad un instrumento político con el que Emilio González compró a sus opositores para que lo dejaran trabajar en paz y para comprar voluntades dentro del PAN en el camino para alcanzar la candidatura a Gobernador del Estado.

  1. La realidad tampoco coincidió con las versiones falsas que el alcalde Emilio González dio de la irregular compra de 650 patrullas para la Policía de Guadalajara. Como se recordará, la compra ya estaba asignada a una agencia desde antes de haberse celebrado la licitación y las unidades ya esperaban en esta ciudad para ser entregadas al momento de la decisión de la compra.

  1. Durante su campaña para Gobernador, la estrategia de Emilio González fue ligar a su contrincante priista Arturo Zamora con el narcotráfico. Una vez ganada la elección se olvidó de sus acusaciones y hasta una mención especial de amistad y respeto le dedicó al ex alcalde de Zapopan en su discurso de toma de posesión.

  1. Ya como Gobernador, Emilio negó su injerencia en la designación de su hermano Samuel como Gerente de Saneamiento del Siapa. Según su visión de la realidad, a Samuel lo invitó el director del Siapa por sus capacidades y experiencia, sin que hubiera alguna intervención personal de él.

  1. No obstante todas las evidencias que demuestran lo contrario, el Gobernador González Márquez negó su intención de convertir a su cuñada María Graciela Guzmán de León en la administradora de la Casa Jalisco, residencia oficial del Gobernador.

  1. También se obsesionó en negar, ante todas las evidencias que lo desmienten, que se estaba construyendo una cancha de Squash en los jardines de la Casa Jalisco e hizo trabajar durante un fin de semana a marchas forzadas a los constructores de la misma para desbaratarla y fingir que ahí realmente se construyen unas supuestas oficinas.

  1. En un intento más por tratar de cubrir su inclinación natural por beneficiar a sus familiares con la nómina del gobierno, niega tener que ver en el ascenso de su cuñado Eduardo Agredano Delgadillo de un cargo menor al de Director General Administrativo del CODE. Como en el caso de sus cuñados en el Ayuntamiento y de su hermano en el Siapa, trata de vender la idea de que son las capacidades de su pariente las que motivar su ascenso y su nuevo sueldo de 60 mil pesos mensuales.